"Arriesgarse" - Parte 2

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CAPÍTULO 6: Bogotá

Betty descendió del avión, respiro el aire de Bogotá y con una sonrisa, pensando en positivo, se dirigió adentro del aeropuerto, para poder recoger sus valijas.

Para su suerte, Catalina le había podido conseguir un departamento.

- ¡Como te extrañé Bogotá!

Después de recibir sus valijas, tomó un taxi que la llevaría hasta su nuevo departamento.

Llegó hasta su departamento, era un hermoso lugar, estaba rodeada de árboles, el sonido de la ciudad era muy bajo.

- Bueno, aquí habrá que empezar de nuevo

Dejo sus valijas y se fue hasta un centro comercial, donde compraría algunas cosas esenciales, aunque Catalina le había hecho un gran regalo, en tan poco tiempo, había logrado amoblar un poco el departamento, ahora tenía que comprar las cosas de la alacena.

Después de dos horas en el supermercado, se fue en un taxi hasta el departamento, el portero la ayudo a subir las bolsas y se retiró, Betty guardó las cosas y se fue a su habitación a darse un baño.

En otro edificio de Bogotá, Armando se encontraba llorando mientras volvía a leer la carta de renuncia de Betty, era lo único que tenía de ella.

- ¡Soy un completo monstruo! ¡Ella no merecía esto!

Después de un llanto desconsolador, se quedó dormido, como un niño después de haber sido regañado.
Se encontraba en el sueño más hermoso, tenía un niño en sus brazos, jugaba con él, reía con él, pero no veía a su mamá, no veía a Betty.

ARMANDO: ¿Hijo y mamá? -. El niño no decía nada y solo se reía, vio a los lejos como la sombra de una mujer se acercaba, el pequeño al verla ,fue hacia ella, Armando quería detener al niño, pero no podía, intento levantarse para ir detrás de su hijo, pero no podía, solo atino a llorar al ver como su hijo se iba con aquella sombra.

Fue abriendo los ojos lentamente, se levanto de la cama y abrió un poco las persianas de la habitación, dejando ver la ciudad y el parque que rodeaba el departamento, sonrió al ver como aquel sol se asomaba lentamente.

- Bueno, no es lo mismo que Cartagena, pero es algo -dice Betty. Se le nota muy feliz y radiante, a pesar de que hoy será un día duro y tendrá que afrontar a dos grandes monstruo; río ante aquel apodo que le había puesto a su padre y al doctor.

Entro al baño, se quito el camisón y entro a la regadera, el agua tibia recorría su cuerpo, cerraba los ojos y se imaginaba en el lugar más hermoso.

Después de aquel relajante baño, salió del baño y saco un conjunto de oficina del closet, el cual consistía en un jean negro pegado, una blusa blanca, que daba a notar su pequeño vientre y un saco negro, se vistió, seco su cabello y se hizo una media cola, de maquillaje solo opto por un labial rojo, salió a la cocina y preparo en un bol, yogurt con cereal y algunas frutas.

- ¡Mmm, esto esta riquísimo! ¿No crees mi niño? -. Termino su desayuno, lavo los servicios, pidió un taxi, bajo hasta la recepción donde ya la esperaba el taxi, abordo el auto y se fue con dirección a ecomoda.

- Vamos Betty, nada malo va a pasar hoy, hay que pensar en positivo, en algo lindo, por ejemplo, ¡tu bebe! -. Se decía a ella misma en su mente para darse fuerzas al tener que ingresar a aquella empresa, donde la habían tratado de lo peor, pero, sobre todo, fue el lugar donde se enamoro y donde lamentablemente, le volvieron a romper el corazón.

Qué triste es despertar
Y ver la realidad
Ver que es mentira lo que sentías
Saber que es el final
Que triste es ver caer esa pared que ayer
Me resguardaba
Y no me dejaba ver
Lo que hacías

One shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora