CAPITULO 10: Serán los últimos
Betty había permanecido algunos días en el hospital, junto a la compañía de Armando, el cuál no se separaba ni un segundo de ella.
El tema de que Armando se fuera, no lo habían vuelto a tocar, cada uno tenía sus propios pensamientos y trabajos.
Por fin había llegado lunes, ahora sí, Betty se iba reintegrar a la empresa, claro que con un puesto mayor. Había despertado de maravilla, su bebé la había dejado dormir, cosa que era difícil.
Se ducho ,vistió y desayuno, salió del departamento y bajo hasta la recepción para pedir un taxi, cuándo vió que había un auto estacionado afuera, ciertamente se le hacía conocido y si, lo conocía perfectamente, ya que de él bajo Armando, quién venía muy bien arreglado.
- Betty, buenos días
- Buenos días, doctor
- Veo que ya está lista. ¿Nos vamos?
- Disculpe, pero no entiendo
- Ese día te dije que quería vivir los últimos meses del embarazo contigo, poder sentir a mi hijo, poder ayudarte en lo que necesites, consentir algún antojo o capricho, ayudarte y comprenderte en tus cambios de humor, así que me tomé el atrevimiento de venir por ti, solo si tú quieres -. Dijo un poco apenado, en la voz se le podía notar la melancólia
- Si quiero doctor, aceptó que usted me lleve -. Ambos subieron al auto, durante el camino ninguno decía nada, hasta que sonó aquella canción que marcaba su relación.
"BÉSAME" De Ricardo Montaner
Ambos se miraron y se pudieron decir mil cosas con tan solo mirarse, pero sus bocas no se atrevían a soltar alguna palabra, Armando volteó la mirada y continúo manejando.
Una pequeña lágrima recorría la mejilla de Betty, Armando creyó que era por los cambios del embarazo, sin embargo, aquella lágrima se debía a aquél amor y dolor, que tenía adentró, hacía él.
- Betty, tranquila -. Paró en una esquina y apagó la radio, se acercó a ella y acarició su mejilla, Betty solo atinó a abrazarlo, mientras sollozaba, Armando correspondió el abrazo, tratando de no llorar, tenerla en sus brazos era lo que más quería.
- Betty, perdoneme, yo tengo la culpa de todo... No lloré más, por favor -. Decía acariciando su espalda
- Doctor, no puedo... Es tan fácil pedir que no me ponga así, pero es tan difícil evitarlo... Yo simplemente no puedo, tengo aquél amargó momento en mi mente
- Yo sé que lo peor que hice fue aprovecharme de su confianza, de usted... Pero sin embargo, yo caí en mi propia trampa... Yo a usted la amó y nunca dejare de hacerlo...
- Doctor, yo también lo amó -. Dijo en un susurró inaudible
- ¿Cómo dice?
- Nada, por favor, vamos a la empresa -. Dijo separándose de aquel abrazo
- Está bien -. Dijo resignado, esperaba que ella le respondiera de la misma forma o que por lo menos, le hubiese querido perdonar, porque que le diera una oportunidad, era difícil, pero de todas formas podría arriesgarse.
Llegaron juntos a ecomoda, Armando ayudo a Betty a bajar del auto.
- Bueno doctor, gracias
- Betty esperé, me gustaría despedirme de mi hijo o hija, por favor
- Si doctor, no hay problema -. Armando acarició el vientre de Betty y se agachó a la altura de su vientre.
- Hola mi amor, te habla papá, yo soy tu papá, Armando, te amo mucho, espero pronto poder conocerte y aunque vamos a estar un poco lejos, no importa, te amó como no te imaginas -. Y en un susurró -. A tú mamá también la amó