8 de mayo de 1973

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Querida Amelia:

Tus palabras me han hecho reflexionar más de lo que puedas imaginar. Sobre todo, la parte de que yo soy más la cabeza en esta situación. ¿Cuándo he sido yo la cabeza en algo? Si siempre me he caracterizado por mi impulsividad, por hacer primero las cosas y luego ya ver qué pasa... Es algo que siempre me achaca mi familia, soy la que siempre actúa en el momento sin pararse a pensar y eso luego trae consecuencias.

Me alegro de que no sea el caso justamente ahora, no quiero que me malinterpretes porque esto es un tema delicado y es mejor ir despacio, pero me sorprende y lo que yo siento es que estoy huyendo, escondiéndome. ¿Y sabes, Amelia? Yo nunca he sido de huir de las dificultades ¿Tener miedo? Sí, pero huir, jamás. Además, por mucho que lo intentemos, no sé puede huir de los pensamientos ni de los sentimientos. Estos te persiguen, te marean, te arrinconan, dan vueltas por tu cabeza buscando esa salida que no van a encontrar porque no existe.

¿Pero que qué quiero decir con todo esto? Que te quiero ver ya, Amelia, que no quiero pensar en qué va a pasar después, en qué vamos a hacer en el futuro. No quiero pensar en las consecuencias, solo quiero verte y acabar con esta situación de incertidumbre de una maldita vez. Necesito saber qué es lo que me está pasando contigo, necesito confirmar los pensamientos de mi cabeza o descartar las dudas que me inquietan, pero lo necesito ya. Me estoy volviendo loca aquí encerrada hablando conmigo misma y sin poder siquiera contárselo a María ni a nadie.

Lo principal para mí es tener claro qué es lo que siento por ti. Si siento lo mismo que tú has descubierto o si todo esto es una confusión. Creo que eso solo lo voy a poder averiguar cuando te tenga en frente y pueda mirarte a los ojos. Mi abuelo siempre dice que los ojos son el testigo más veraz de lo que alberga nuestra alma y creo que ahora mismo es lo que necesito. Tenemos que ir paso a paso, pero sé que no voy a conseguir nada huyendo de ti o alargando un momento que inevitablemente va a suceder antes o después, así que pienso que lo más valiente y consecuente es que nos veamos cuanto antes y que nuestros ojos hablen más que nuestras bocas. Porque yo puedo mentirte a ti y a los demás con palabras, pero no con los ojos, y tampoco puedo mentirme a mí misma ni al sentimiento que realmente habita dentro de mí.

Con estas últimas cartas no he querido darte esperanzas de nada ni tampoco quitártelas, Amelia, simplemente he tratado de plasmar lo más fidedignamente posible todo lo que me pasaba por la cabeza tanto para bien como para mal. Tengo miedo de lo que va a ocurrir si descubro que te quiero de una manera diferente a hasta ahora porque eso nos llevaría a un camino realmente complicado, pero también tengo miedo de descubrir que no sabiendo lo que tú sientes por mí y lo que eso puede suponer para nuestra relación.

En definitiva, que quiero verte lo más pronto posible y espero con ansias noticias tuyas de vuelta para concretar los detalles de nuestra próxima cita. Si fuera por mí sería incluso hoy mismo...

Te quiere,

Luisita

POSDATAS || LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora