Hola Amelia:
No puedo negar que me ha encantado leer sobre tu vida después de todo este tiempo sin noticias tuyas. Me alegro mucho de que Paris se haya convertido en un hogar para ti y que poco a poco hayas ido formando tu círculo de amigos, esa familia que no nos toca, sino que nosotros elegimos y que muchas veces puede ser igual o más importante.Tu hermano es un amor y entiendo que sea un pilar fundamental para ti como ya lo fue para nosotras en su momento. Yo lo recuerdo con mucho cariño y siempre que me lo he encontrado por el barrio, he tenido que parar para saludarle. No te puedo negar tampoco que no le haya preguntado por ti cada vez, pero era algo superior a mis fuerzas, aunque nunca me dio demasiada información.
También me hace muy feliz ver que has prosperado en el plano laboral, que publicas historias y que además sigues siendo esa mujer valiente y ambiciosa que conocí. Hasta tienes tu propia cafetería, esa que me atrajo como un imán y que ha hecho que volvamos a reencontrarnos.
Los ochenta también vienen cargados de libertad en España, quizás no al mismo nivel que allí, pero desde luego hay una diferencia abismal a cuando tú y yo éramos esas dos jóvenes soñadoras que corrían por las calles de Madrid. Yo ya he ido legalmente a unas cuantas manifestaciones por nuestros derechos y siempre te he imaginado allí de mi mano. Ese sueño se quedó en el aire, pero nuestras ideas y esa lucha común, cada vez está más presente sobre todo en las nuevas generaciones, aunque aún quede mucho por hacer.
En este último año, he abierto una pequeña emisora de radio con unos amigos y, aunque no es nada muy profesional, a mí me hace muy feliz. Es una manera de seguir luchando por la libertad y nuestros derechos, pero también de entretener. Soy locutora de un par de programas, pero mi favorito es el de los sábados, que es musical. Mi refugio desde pequeña siempre ha sido la música y me encanta poder compartirlo ahora con el resto del mundo. Ojalá pudieras oírlo, estoy segura de que te encantaría.
A pesar de todo, mi vida estos años tampoco ha sido fácil y, aunque te cueste creerlo y quizás no es justo que te diga esto ahora, siempre te he tenido muy presente. Tu ausencia fue un lastre que me paralizó durante mucho tiempo. Mateo y Lourdes fueron los que más estuvieron apoyándome junto con mi familia para sacarme del pozo en el que me encontraba. Supongo que eso en cierta manera me acabó llevando de manera natural a casarme con él. Mateo sabía toda nuestra historia y los sentimientos que tenía por ti, pero siempre estuvo para mí independientemente de todo.Sin embargo, tengo que confesarte que, a pesar de que lo quiero mucho, nunca he podido llegar a sentir ni una mínima parte de lo que tú me hacías sentir, Amelia. Solo unos segundos de mis labios sobre los tuyos en esa noche lluviosa me sirvieron para confirmarlo, así que no te atrevas a decir que para mí no significo nada. Te pediría perdón por mi osadía, pero no sería sincero porque no me arrepiento de nada. Si de una cosa podría arrepentirme es de hacerte daño, pero no de volver a sentirme tan viva y de todas esas ganas desbordantes inundando mi ser.
No te puedo dar una explicación. Solamente me dejé llevar y sé que quizá fue un acto egoísta, pero ya sabes que la impulsividad siempre ha vivido conmigo y me cuesta controlarla. No es fácil prescindir de esos sentimientos y sensaciones fuertes para tener que conformarme simplemente con el cuidado o el cariño, pero no puedo arrepentirme de lo que me ha dado lo más bonito de mi vida, mi pequeña Cristina. Ahora tiene tres años y es un rayo de luz que ilumina todo con su sonrisa. Cómo me gustaría que pudieras conocerla porque gracias a ella estoy aprendiendo a sanar muchas heridas que aún tenía abiertas. No sabes cómo de rápido cambian las prioridades cuando tienes un hijo y cómo tu mundo empieza a girar alrededor de él, pero en este caso, para mí ha sido una salvación.
No me gusta leerte tan derrotista acerca del amor, Amelia. Aún eres muy joven y te mereces encontrar a esa persona que te ilusione de nuevo, que te haga vibrar. No te resignes tan rápido. Tú no, por favor.
Te mando ese abrazo fuerte de vuelta.
Luisita
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POSDATAS || Luimelia
FanfictionCuando el contexto solo te deja la opción de comunicarte a través de las letras... Aquí quedan las piezas de un puzzle que os invitamos a unir.