Capítulo 14

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14. FLECHAZOS AQUÍ, FLECHAZOS ALLÁ

De: informantrebol@gmail.com

Para: auroramillerdelvale13@gmail.com

Asunto: Las razones

Admito que justiciero de la fortuna suena de maravilla, amo el título, pero no creo ser tanto.

No tengo nada malo en contra de Zack, pero no te voy a negar que es chocante su forma de afrontar la vida en sí. Lo he visto por años ser despreocupado al punto de perder totalmente la empatía, no solo por él mismo sino por todos los demás, ya nada le importa porque tan ahogado está en su auto confianza que da todo por sentado.

Tú misma lo has dicho, te agrada el Zack de ahora pero no estás segura de que el normal te tomaría en cuenta para nada; yo también lo dudo porque con su suerte siempre se ha encerrado solo en su burbuja.

Creo que en el fondo es una buena persona, solo que no ha aprendido el verdadero valor de las cosas, de los triunfos, y ¿por qué no? de los fracasos.

Hace unas semanas escuché que unos compañeros hablaban de la suerte que le compraban a Zack y de cómo eso les ayudaba a "llegar a segunda base" con no-sé-quién, o a "que la mamá de uno no se enoje por verlo fumando hierba", o cosas tan horriblemente... desagradables, que no voy a repetir; el caso es que Zack lo sabe, yo sé que lo sabe y aún así lo hace, les sigue vendiendo sin pensar más que en su bolsillo.

Soy consciente de que Zack (ni nadie) no es responsable de lo que otros hagan con su suerte, pero si aún sabiéndolo sigue con eso, creo que lo hace algo cómplice. Yo solo quiero con esto que él vea la realidad sin la venda de su azar que a veces parece cegarlo.

Lamento mucho que estés pasándola mal, te lo juro, de haberlo sabido siempre hubiera querido estar más aquí para ti. Sé que es complicado para alguien con tu buen corazón sentir que le sacas a otra persona algo que no te pertenece, pero me atrevo acá a pedirte que no te flageles tanto por ello, no estás perjudicando a un santo.

No te niego que me siento mal por el hecho de que luego de devolver la suerte, esté la posibilidad de que Zack y Azucena tengan problemas contigo, no sé qué tan lejos has llegado a quererlos y quisiera asegurarte acá que si cuando el momento llegue te ves sobrepasada, acudas a mí y yo tomaré mi culpa ante quien sea necesario.

Siéntete libre de, en cualquier momento, decirme lo que desees, desahogarte, contarme o solo mencionar de paso. Acá tienes un apoyo y el único motivo por el que no te revelo quien soy es por la naturaleza de los eventos que nos han unido. Te prometo que cuando todo esto acabe, sabrás todo sobre mí.

En otras cosas, tu cumpleaños se acerca, ¿cómo te has sentido al respecto? Vi que repartiste muchas invitaciones (ninguna en digital para mí, eh). Es broma, no te preocupes.

¡Esa suerte es mía! •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora