Imaginas: Sueña Con Michael Jackson [#2]

Break of Dawn

Inspirado en el video de arriba 👆✨
¿Les gustó el nuevo separador? 🌿
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Te encantaba sentir la arena entre los dedos de tus pies mientras tomabas el sol acostada en tu toalla sobre la playa, a la orilla del mar. No sabes en qué momento se le había ocurrido a tu marido hacer el video musical de su canción "Break of Dawn" en una de las playas más hermosas del mundo, pero estabas segura de que no querías irte de ahí muy pronto.

Cuando él te dijo que haría el video musical en una playa en Cancún, lo primero que se te vino a la cabeza fue verlo a él saliendo del fondo del agua apartando sus rizos de su rostro con el cuerpo mojado y el pecho sin cubrir mientras caminaba hacia ti con una de sus miradas seductoras. Eso realmente llegó a mojarte, y necesitabas un video sobre esa escena.

Él te había pedido de rodillas que salieras en el video musical junto con él, y claro, no pudiste resistirte a esos ojitos que te miraban buscando tu aprobación, así que después de muchos ruegos y súplicas le diste una afirmativa. En realidad te encantó la idea de estar en un video musical con él, así otras chicas no estarían cerca de tu marido.

El sol en México era intenso, demasiado caliente, más caliente que en Estados Unidos al menos. Hace rato lo habías comentado y te dijeron que el calor más fuerte era en el norte del país latinoamericano, lo cual te hizo sentir como te derretías por dentro; pero de algo estabas segura, no había cosa más ardiente en el mundo que ver a tu marido sumergiéndose en el mar y posteriormente mirarlo salir mientras se dirigía hacia ti.

A diferencia de lo que imaginabas, Michael salió con una sonrisa inocente y no la mirada seductora que fantaseabas en tu mente. Él corrió hacia dónde estabas entre pequeños brinquitos, parecía como un niño cuando lo llevan al parque a jugar. Las gotas de agua descendían por todo su cuerpo, las cuales te mojaron un poco cuando cayeron por su short de playa que le llegaba un poco más arriba de las rodillas.

—¡____! —gritó tu nombre arrodillándose al lado de ti, la sombra que brindaba tu sombrilla clavada en la arena lo acogió sin problemas—. ¡Debes meterte al agua conmigo!

—Umm... déjame pensarlo —. Fingiste no estar interesada sólo para molestarlo girándote hacia tu revista.

—Bueno, yo estaré en el agua —. Se levantó y corrió nuevamente hacia la orilla del mar.

—¡Mikey! —. Le llamaste y él regresó rápidamente al escuchar el apodo cariñoso.

—¿Ahora sí te meterás al agua conmigo? —. Una gran sonrisa invadió su rostro, se notaba que amaba jugar con el agua.

—Sí —asentiste imitando su gesto— Pero necesito que me ayudes a ponerme el bloqueador —. Te volteaste aún sentada sobre tu toalla, dejándolo ver ese lugar que tus manos no alcanzaban, tu espalda.

—Claro, deja que Michael se encargue —. Susurró en tu oído tomándote de los hombros por detrás. Sabías que en ese momento había hecho una de sus sonrisitas pícaras, ese hombre en serio sabía tus puntos débiles a la perfección.