Imaginas: Sueña Con Michael Jackson [#2]

Visita + [Bonus Extremo]

...

Ya no subiré imaginas por la culpa de DennisRamos8

Adiós lectores...

Es broma!!!  JJAJAJAJAJ xD

Lo siento, lectores. Saben que me encanta echarles bromas, sorry xd

Ahora sí el capítulo

...

México - Era Dangerous - Dangerous World Tour. [1:00 p.m] Faltan 6 horas para iniciar el concierto.
Sala VIP.

—¿Crees que alguien venga, Bill? Preguntó Michael a su guardaespaldas, quien se encontraba de pie a su lado, dentro de esa sala VIP esperando a alguna fan que quisiera saludarle.

—Michael —le llamó Bill volteando su cabeza hacia él, marcando lo obvio—. Mucha gente va a venir a verte, amigo. Sólo que aún no es hora, ya falta poco. Vete preparando, me han dicho que las mexicanas son bravas. Rio un poco.

El rizado caminaba en círculos por la habitación, esperando que sean muchas, siempre le ha gustado saludar a sus fans antes de empezar sus conciertos. La traductora estaba por venir, tuvo un ligero retraso pero de seguro no tardaba en llegar al lugar.
«¿Crees que sean bonitas? Tal vez pueda salir con una de ellas. Mencionó el morocho con una pizca de nervios, sentía cómo sus pies hormigueaban con tan sólo pensar en éso» Bill rio nuevamente.

—Cómo se nota que nunca has visto a una mexicana —acomodó sus lentes oscuros y cruzó sus brazos, aparentando ser rudo—. Son muy hermosas, Mike. Tienen ojos cómo ninguno que hayas visto, ya verás.

Después de decir aquello, el estómago de Bill rugió cómo nunca, tenía hambre, eso era seguro. El trabajo de guardaespaldas no es tan fácil que digamos. «Anda ve a comer algo, Bill. Me han dicho que hay un puesto de algo llamado "tacos" aquí en la esquina —le propuso el rizado al ver su hambruna—. Mis fans son inofensivas, no me harán daño» El guardaespaldas de tez negra dudó ante eso.

—¿Seguro, MJ? —le cuestionó sin saber que hacer—. No puedo dejarlo solo, es mi trabajo proteger de usted.

—Bueno, yo soy tu jefe y te ordeno que vayas a comerte unos buenos taquitos para que se te quite el hambre. Respondió él firmemente, apuntando con su dedo la salida. Muy buen jefe la verdad.

Bill asintió agradecido abandonando el lugar lentamente, dejando al de cabello rizado solo en aquella sala exclusiva. Pronto, unas seis o siete chicas de aspecto mexicano-estadounidense entraron a la habitación, llamando la atención del morocho, quien sonrió al verles llegar. Las mujeres de entre 18 y 22 años abrazaron al cantante con gran emoción, agradecidas de haberlo conocido al fin en persona y no verlo tan sólo en aquellas fotos y pósters que pegaban en las paredes de sus cuartos.