Imaginas: Sueña Con Michael Jackson [#2]

Premio (2/2)

Dedicado a jackson_soul
(Lo siento por poner de nuevo lo que dijo la rayis, es que me encantó)

—Ahora sí vamos a premiarte, chiquito. Dije con un tono pervertido dándole un apretón a su trasero.

Él gimió. Me gustaba que fuera tan sumiso, no sólo por el hecho de que era excitante, si no que se ponía tan tierno cuando le tocaba ser el sumiso, que moría de ternura.

Nos dirigimos al sofá, él tomó asiento, al igual que yo. «Y dime, cariño. ¿Qué es lo que te ganaste por hacer un excelente trabajo? Pregunté poniendo mi mano en su pierna, dando pequeños apretones» Él se puso a pensar.

—Me gané un besito caliente, que me mimes —decía enumerando con sus dedos, prosiguió— y cariñitos a Mike Jr.

Me daba tanta gracia la forma en que interpretaba las cosas. «Bien. Quiero que entiendas que esto tú te lo ganaste por trabajar duro. ¿Okey? Quiénes trabajan duro tienen recompensa. Le expliqué como cada año lo hacía» Él asintió.

—Okey. Respondió con la mirada baja.

De alguna forma tenía que hacerle ver qué trabajar duro es bueno. Michael literalmente se comporta como un niño, es curioso, juguetón, y hay que explicarle las cosas como tal.

Justo en ese momento, un llanto se escuchó desde el segundo piso, era Prince, nuestro bebé. «Le voy a dar de comer —me levanté y me dirigí a las escaleras—. Si quieres le puedes decir a Bill que te compre Nutella, pero sólo por hoy, eh» Él respondió con un "está bien."

Subí hasta el siguiente piso, para después ir al cuarto de Prince y abrir la puerta. Él lloraba en su cuna, lo tomé en brazos y lo alimenté, al parecer no quería biberón, quería seno. Después de que se quedara dormido volví a dejarlo en su cuna, lo tapé con las sábanas y salí de la habitación, cerrando la puerta.

Bajé nuevamente, encontrándome a Michael bocabajo en el sillón. Me senté de nuevo en el sofá.

—Esta vez Prince quiso seno. Dije entre una risa mientras abrochaba los botones de mi blusa.

Michael me miró pensativo.

—¿Qué pasa si yo quiero seno también? —preguntó con una voz tierna, mirándome. Me quedé callada, no sabía que responder—. Umm...bebé quiere leche. Se acercó peligrosamente a mí mientras se lamía el labio.

—No Mike. No soy una vaca, ya te lo he dicho. Dije entre una risa.

—¿Por qué a Prince si lo dejas? Se quejó haciendo un puchero.