XII.

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- What? ¿De la hermandad oscura? ¡¿Cómo es posible?! - Indignado, Borja se levantó de su asiento - ¿Tú lo sabías, Vegetta? - Inquirió esta vez observando al pelinegro.

Con la mirada gacha, este asintió.

- No me lo creo... ¿Qué sigue? ¿Qué tú seas el famoso ladrón nocturno? - Preguntó con ironía, sin embargo al ver la expresión tensa del azabache su rostro se deformó. -...me estas jodiendo tío... Tiene que ser una jodida broma

Vegetta no respondió.

Con la atmósfera volviéndose cada vez más pesada dentro de aquel comedor, Willy supo que tenía que intervenir.

- Luzu, escucha, las cosas tienen una explicación - Espetó incorporándose.

- ¿Qué explicación, Willy? - Cuestionó a la defensiva. - ¡Simplemente sois de lo peor, tíos! ¡Acéptenlo! - Exclamó mientras se dirigía con pasos bruscos hacia la salida. - No me lo esperaba de ustedes... Mucho menos de ti, Vegetta - Agregó despectivamente al pasar junto a este.

El mencionado se levantó de golpe tras escucharlo. - ¡Luzu, espera! - Pidió, sin embargo el castaño no se detuvo.

- Déjalo ir, Veg - Habló el menor sujetando su hombro. - Necesitará tiempo para asimilarlo... Sabíamos que esto podía ocurrir

- Willy...

- Guillermo tiene razón - Secundó el híbrido de oso, quien hasta el momento se había mantenido al margen. - Sé que no soy quién para decirlo pero, darle un poco de espacio sería lo mejor

Vegetta guardó silencio procesando lo ocurrido, al final soltó un suspiro resignado mientras asentía. - Esta bien...

- Si lo que te preocupa es que le pase algo puedo ir tras él - Sugirió el de ojos rasgados - Ya sabes, no interrumpirlo pero al menos... Vigilar que este bien, con Raúl libre Luzu corre peligro

El azabache asintió agradeciéndole en silencio, su amigo no tardó en salir tras el susodicho dejándolo así únicamente con el híbrido de oso.

- De verdad creo que los entenderá, se nota que es una buena persona - Habló el híbrido rompiendo el incómodo silencio que comenzaba a formarse.

- Sí, lo es - Admitió algo sorprendido de que el castaño le hablase. - De las mejores personas que existen - Agregó.

Rubius asintió quedamente. - Entiendo...

Dicho esto continuaron con su respectiva cena, intercambiando algunas palabras de vez en cuando con la intención de disipar la pesada atmósfera que se había quedado tras la reacción del mayor a su confesión.
Las cosas no pintaban bien pero... Al menos tenían compañía.

Y aunque ninguno lo dijera, cada vez se sentían mejor con esta.

Mientras tanto, en otra parte a varios metros de la isla flotante, cierto pelirrojo tarareaba de camino a la única casa iluminada a las afueras de lo que fue el pueblo de Karmaland.

- ¡Mi niña! ¡Ya he vuelto! - Anunció abriendo la puerta de aquella morada de piedra. Un par de ojos grisáceos se asomaron desde la parte superior de la propiedad.

- Lolito... Creí que llegarías más tarde ¿Ocurrió algo? - Inquirió con cierto dejé de sorpresa.

- ¿Tiene que ocurrir algo para que llegue temprano, mi niña? ¿Es que no puedo pasar más tiempo contigo sólo porque quiero? - Cuestionó a la defensiva, el pelinegro frente a él negó rápidamente.

- No, no, nada de eso... Mi niña, pero me parece algo... Extraño - Admitió - Creí que tenías más cosas que hacer en el antiguo ayuntamiento, ya sabes, por lo que me contaste de Auron

𝕊𝕖𝕥𝕥𝕝𝕖𝕕 𝕕𝕖𝕓𝕥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora