VI.

692 123 50
                                    


Al salir de la habitación Vegetta estuvo tentado a quedarse tras la puerta para escuchar la conversación del híbrido y su mejor amigo, mas descartó la idea a los pocos segundos ya que, aunque la curiosidad le carcomía, él no era del tipo de personas que metía las narices donde no le llamaban.
Tenía que respetar su privacidad.

Optó entonces por bajar a preparar algo de comida pues ya pasaba de medio día y ni el almuerzo había tenido porque claro, no esperaba que Willy apareciera después de días enteros sin tener noticias suyas, tampoco esperaba que el híbrido que rescató hace un par de semanas finalmente despertara.
Y en definitiva no esperaba que ambos se conocieran.

Por alguna razón la idea de que estuvieran involucrados en un plano más "íntimo" no le causaba mucha gracia. Pero lo atribuía al hecho de que Willy nunca se había preocupado por alguien fuera de su círculo de amigos, tenía que ser eso porque si no ¿por qué más seria? Al otro chaval ni siquiera lo conocía realmente.
Aunque claro, llevaba prácticamente la mitad de su vida atormentando sus sueños... Pero eso nadie más debía saberlo.

Tan sumido estaba en sus pensamientos que no se percató en qué momento dejó de estar solo en la cocina.

- Vegetta

Fue el repentino llamado de su mejor amigo lo que logró regresarlo a la realidad. Dio un pequeño saltó al ser tomado por sorpresa.
- Ostras chaval... Qué susto

- Lo siento tío - Se disculpó el recién llegado - Pero llevo hablándote un rato y nada... Creo que incluso se te ha comenzado a quemar algo - Agregó señalando a espaldas del mayor

- Me cago en la leche - Masculló mientras se giraba a retirar la cacerola del quemador, percatándose de su carencia de agua y la pasta pegada en el fondo. Suspiró completamente frustrado.

Su acompañante soltó un par de risas al ver el contenido de lo que supuso era el almuerzo de su amigo.
- No creo que debas comer eso...

- No era para mí - Admitió con una mueca - Yo aún tengo las sobras de mi cena de anoche... Pero tú y Rubén...

- A Rubius sin duda le encantará esto - Interrumpió mientras en sus labios se formaba una amplia sonrisa - Por mi parte creo que esto bastará - Agregó dirigiéndose a la cesta con fruta y cogiendo una manzana. - Ahora ven, sirve un plato de eso y subamos, hay mucho de qué hablar

Vegetta lo miró extrañado
- ¿Vas a responder mis dudas... Frente a él?

- Por supuesto, es uno de los involucrados así que sería lo correcto - Respondió mientras servía el almuerzo para el híbrido y antes de que el azabache se lo pudiera arrebatar, salió corriendo hacia donde este se encontraba.

- ¡Willy! ¡Serás rata! ¡No te atrevas a darle eso! - Gritoneo al salir de su pequeño trance a la par que seguía apresuradamente al menor.

En cuanto Willy pisó la habitación de invitados su sonrisa se ensancho mientras se acercaba al híbrido, quien lo miraba expectante - Rub, mira lo que te ha preparado Vegetta... Te dije que es un tío muy majo.

Rubius arqueó una ceja aceptando el tazón que el menor le tendía; Su nariz se arrugó junto a su ceño con tan sólo ver el contenido del recipiente. Sin embargo, al notar que el azabache de ojos violetas llegaba tras su amigo, se obligó a poner su mejor cara y forzar una sonrisa.
- Vaya... Esto es... No me lo esperaba - Admitió, al menos la intención era buena. - Gracias, Samuel

- Rubén no... - Vegetta intentó detenerlo, fallando rotundamente al ver como el híbrido se llevaba un bocado a la boca.

- Esta buena - Masculló el menor, poniendo todo de su parte para ignorar la mala consistencia de la que supuso era una sopa (sin caldo, además de quemada y cruda en partes)

𝕊𝕖𝕥𝕥𝕝𝕖𝕕 𝕕𝕖𝕓𝕥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora