Bah! ¿A quién le miento? No pude poner atención a alguna clase en particular.
Daniel se estaba metiendo en mi cabeza. Y también estaba Elliot.
Elliot pensé en él. Hace días que no lo miraba, una rara parte de mí lo echaba de menos. ¿Cómo puedo extrañar algo que no he tenido? Era absurdo.
Llegó el martes y con éste el miércoles y jueves. Fueron los tres días más largos de mi existencia. No volví a mirar a Daniel en el receso, ni siquiera me lo topé por "casualidad" en los pasillos. Pasé una que otra vez por el campo para ver sí lo encontraba entrenando. Nada.
"No prometo nada." Había dicho él hace días.
Y ¿Elliot? ¿Dónde carajo se había metido? La última vez se había marchado molesto y desde entonces no sabía nada de él.
"Hombres." Refunfuñé para mis adentros.
Caminé de regreso a casa aquel jueves por la tarde, iba cargando un montón de libros porque me habían dejado un tonto proyecto para la semana siguiente. Estaba de mal humor así que no me di cuenta que alguien me seguía desde varias calles atrás. Cerca de mí carraspeo la garganta.
-Hally.- Dijo en voz baja Elliot a mis espaldas. Me quedé paralizada. Mi corazón casi explotó de felicidad. Comencé a sentir como el frío me envolvía mientras yo seguía ahí, parada como una tonta sin saber que hacer. Decidí que mi orgullo era más grande y caminé sin ni siquiera dirigirle una mirada.
-¡Oye, espera!- Exclamó él de repente estando a mi lado.
Iba a preguntarle como carajo había llegado tan rápido, pero no dije nada me limité a caminar.
-Hally.- Dijo dolido mientras me mantenía el paso.- ¿Estás molesta? ¿Conmigo?- Preguntó con una nota de sorpresa en su voz.
No respondí sólo avancé.
-Hally de verdad lo siento. Sé que te prometí que nos veríamos al otro día pero mírame...- Se detuvo.- Estoy enfermo.
Lo miré a la cara y mi boca se abrió de sorpresa. Se veía terrible. Estaba más pálido que de costumbre, con los ojos irritados y unas ojeras tamaño mundo. Parecía un muerto andando.
-Ya sé, me veo tan mal ¿Cierto?.- Preguntó apenado. No necesitaba decirlo para que supiera lo que yo pensaba. Tal vez mi rostro decía más que mil palabras.
-¿Qué sucede Elliot? ¿Qué tienes?- Cuestioné alarmada.
-No lo sé, desde el sábado comencé a sentirme mal y ahora estoy así.- Respondió encogiéndose de hombros.
-¿Has ido al doctor?- Pregunté mientras me acercaba a examinarlo de cerca.
Él dudó antes de responder.
-¡Claro! Él dijo que sí me cuidaba pronto me recuperaría.- Respondió mirando atrás de mí.
Definitivamente estaba mintiendo, pero tal vez no era tan grave lo que le sucedía. Decidí esperar a que me dijera la verdad.
-Que tonta fui al molestarme contigo. Lo siento.- Dije solemnemente.
-No te preocupes, tu no sabías nada y no sabía como avisarte. Lo siento.- Me dijo esbozando una sonrisa de arrepentimiento.
Sonreí timidamente.
-¿Hay algo en lo que pueda ayudarte? Me refiero a apoyarte para que tú recuperación sea más rápida.- Dije tartamudeando.
-Eso creo.- Respondió él.
Esperé paciente mientras lo miraba.
-No te alejes de mí.- Murmuró.
-¿De qué manera te ayudaría con eso?- Pregunté mientras sentía que el calor subía por mis mejillas.
-Me haces sentir vivo.- Se limitó a responder.
Que rara manera de provocar mariposas en el estómago, pero sí, lo hizo.
Le respondí con una sonrisa.
Mientras caminábamos a casa, me di cuenta de lo mucho que me gustaba estar con Elliot, las pocas veces que había pasado tiempo con él, no sé, podía ser yo... Sólo yo.
A diferencia de Daniel, sentía a Elliot como una parte de mí. Aislado del mundo, igual que yo.
Vi como sonreía mientras yo lo miraba. Por un momento creí que todo lo que pensé lo había dicho en voz alta y Elliot lo había escuchado. Me sonrojé.
Elliot rió en bajo.
-¿Qué sucede?- Pregunté mordiendome el labio.
-Nada.- Respondió sonriendo.- ¿Sabes? Es increíble como a tú lado me siento mucho mejor.
Suspiré.
-Creí que no te volvería a ver. - Dije armandome de valor para mirarlo a los ojos .
Nos detuvimos en la entrada de mi casa.
-Hally yo... Sé que todo ha sido muy rápido, pero deseo no alejarme de ti está vez. -Esperó, pero no respondí, no sabía que decir.- Digo sí tu me lo permites.
-¿Por qué estás seguro de que no cambiarás de idea? Aún no me conoces bien.- Fui sincera.
-Simplemente lo sé.- Dijo mientras tomaba mi mano. De nuevo el contacto con su helada piel hizo que me estremeciera.- Y sé que eres alguien especial, no necesito saberlo todo de ti.- Me miró fijo y presionó sus labios sobre mi frente.- Debes entrar.- Murmuró aún sobre mi piel. Su aliento era helado, como todo él.
-Y tu descansar.- Dije en un murmuro mientras estrechaba su mano.
-Descansa también Hally.- Soltó mi mano y se alejó de mí.
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Desconocido
Misterio / Suspenso" ¿La típica historia de amor con final feliz? No lo creo. Hally White sabe que hay algo diferente en ella y siente que quienes la rodean ocultan un extraño secreto. A simple vista y desde su propia perspectiva es una chica normal, asiste al colegio...