Capítulo X: Frágil y fuerte.

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La visita de Elliot me había hecho bien. Pero eso no cambiaba el vacío que sentía en mi pecho al recordar a Daniel Keynes.

En la mañana siguiente llegué al colegio con cero ánimo. En está ocasión no presté atención a las clases nuevamente, sí continuaba así iba a salir pésima en mis notas.

La hora del break llegó y yo ni siquiera tenía ganas de comer.

Era absurdo sentirme así por alguien a quién acababa de conocer.

Continué como un zombie el resto de las clases y finalmente concluyó el tormentoso viernes.

-Koa.- Dijo Daniel en el pasillo mientras yo salía detrás de mis compañeros.

Koa me había puesto él, durante nuestro desayuno aquél día. Era una abreviación a Koala.

"¿Te has dormido más de tres veces en el salón de clases? ¡Wow! Creo que tú no deberías llamarte Hally, creo que en tu otra vida fuiste un Koala. Te diré Koa."

Fruncí los labios al escuchar su voz. ¿Qué se creía? ¿Qué podía simplemente irse y volver cuando se le diera la gana? ¿Cuándo estuviera aburrido? Lo siento pero no.

A pesar de todo, no podía evitar que mi corazón latiera con rapidez hasta el punto de doler.

-Hally espera.- Dijo Daniel corriendo para alcanzarme.

No me había dado cuenta que había recorrido lo suficiente para estar lejos de él.

-¿Qué pasa?.- Preguntó él poniéndose frente a mi camino.

-Nada.- Dije moviendome por su costado.

-¿Nada? Ese nada significa un todo. Conozco muchos códigos de palabras de mujeres .- Bromeó él mientras me miraba ¿esperanzado?

Claro, sin duda.

-Ya dime que es lo que sucede Hally White, alias "Koa".- Fingiendo seriedad.

Sucede que eres un tonto. Quise decir.

-Sólo no ha sido un buen día.- Me limité a decir.

-¿Estás segura?- Insistió él.

-Sí.- Era la verdad, había sido un pésimo día.- Eh, tengo que ir a casa. Te veo pronto.- Agregué imitando el mismo tono de voz que él uso al despedirse la vez pasada de mí.

Él fruncio el ceño. Definitivamente no entendió.

-¿Puedo acompañarte?- Preguntó Daniel timidamente.

Sinceramente no tenía porque estar molesta con él. Daniel no había quedado en verme al día siguiente aquel lunes. Ni mucho menos tenía un compromiso de amistad conmigo. Sólo dijo No prometo nada y eso significaba que no tenía nada que reclamarle.

Me sentía tonta y avergonzada por estar estar trantandolo así.

-¿Hally? ¿Sigues ahí?- Interrumpió Daniel mis pensamientos.

-Eh, sí.- Murmuré casi balbuceando.

Caminamos de nuevo en silencio, no me atreví a mirarlo a la cara. Podría sentir como ambos nos encontrábamos incómodos.

-Esto no es nada bueno.- Soltó de repente Daniel, sonó más para él mismo.

-¿Qué?- Pregunté con voz ronca.

-Está situación, parecemos extraños.- Dijo él antes de detenernos frente a mi casa.

-Lo somos.- Murmure con rapidez.

DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora