Capítulo XIX: La cita.

1.7K 232 33
                                    

Daniel y yo caminamos por las calles platicando de lo primero que se nos viniera a la mente. Simpre era tan fácil hablar con él.

Lo incómodo lo volvía cómodo en un instante.

Caminamos unos minutos más antes de decidir a dónde ir a cenar.

-¿Te gusta el sushi?- Preguntó mientras se detenía frente a un restaurant de comida japonesa.

-Claro.- Dije colocando la mano sobre mi barriga.- Mientras sea comida esta bien. Muero de hambre.

Daniel rió en bajo y nos dirigimos a la entrada del restaurant.

Una vez dentro Daniel ordenó la comida.

-¿Ya pensaste a que universidad irás?- Solté después de una breve plática sobre que me gustaría estudiar. Daniel era mayor que yo, así que la salida de la preparatoria para él estaba cada vez más cerca.

Daniel tomó un sorbo de refresco antes de hablar.

-No tengo muchas opciones.- Respondió frunciendo los labios.

-¿Por qué?- Pregunté confundida. Daniel tenía un montón de oportunidad tan sólo por ser el capitán del equipo de la escuela. Tal vez sólo estaba siendo modesto. -Seguro y te han ofrecido un montón de becas- Dije al tiempo que nos pasaban la comida.

Daniel y yo dimos las gracias y volvió a mirarme. Asintió.

-Tengo una que otra beca en la ciudad, pero las rechacé desde un principio.- Dijo mientras comenzaba a probar el plato de sushi que le habían servido. Yo lo imite.

-¿Por qué?- Insistí curiosa.

-Lo hago por mi madre. No quiero dejarla sola.- Sé que le costaba abrirse conmigo, así que esperé paciente sin hacer más preguntas.- Ha estado un poco mal. Mi hermano... -Daniel miró fijo su vaso antes de continuar- Mi hermano murió hace un año. -Hizo una mueca de dolor- Y mi madre aún está muy afectada. Sólo me tiene a mí. Y sería egoísta de mi parte dejarla aquí cuando podría quedarme.- Dijo sonriendo triste mientras volvía a tocar su comida.

Se me hizo un nudo en la garganta.

-Oh Daniel. Lo siento mucho.- Dije en un murmuro mientras estiraba mi brazo para tomar su mano.

-No te preocupes. Ha sido duro, pero lo estoy asimilando.- Suspiró y me dedico una pequeña sonrisa.- ¿Qué tal tu trabajo, piensas hacer lo mismo de aquí hasta que termines la preparatoria?- Dijo cambiando de tema radicalmente.

No quise ser imprudente así que nos dedicamos a comer y mientras pasaba más el tiempo aquí frente a Daniel, escuchándolo hablar y mirando sus ojos azul cielo con esa mirada sincera, me di cuenta de el increíble ser humano que era.

Sonreí para mi misma y al termino de la cena, salimos a respirar el aire fresco que nos ofrecía la vida.

DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora