[] KATSUKI BAKUGŌ • ESCENARIOS []

FELICIDADES

—Oi, fea.

—¿Hm?—giraste tu cabeza con aparente desinterés.

—¡Deja de ignorarme!—arrugó su ceño con fuerza—. Llevas así todo el jodido día—dijo casi en un triste susurro.

—No es nada, Katsuki.

—¿Entonces por qué has rechazado mi invitación, ah?

—Simplemente no me apetece.

—¡DILO DE UNA VEZ!—golpeó el escritorio—. Si no quieres estar conmigo... Joder... ¡Sólo dilo!

—Katsuki...

Te levantaste cuidadosamente de la cama para acercarte hasta el cenizo, el cual tenía la mirada perdida en el suelo.

—¿Cómo puedes decir eso, bobo?—tomaste sus mejillas para que te mirase a los ojos—. Es solo que...—suspiraste pesadamente—. Ven, acompáñame.

Sin dejar de llenar su cabeza de razones por las cuales romperías su relación con él, comenzó a caminar detrás de tí, tomado tu mano con fuerza.
Sus ideas comenzaron a tornarse más confusas cuando os encontrabais frente a la puerta de una habitación ajena.

—¡Mina!—golpeó la puerta—. ¿Estás ahí?

—¡_____!—la puerta se abrió de golpe.

El cuerpo de la femenina dió un respingo al posar su vista sobre el de ojos carmesí.

—¿E--Eh?

—¿Lo tienes aquí?—extendió su mano ofreciéndole una mirada que lo decía todo entre ellas.

—Así que ha seguido insistiendo...—rió nerviosa mientras volvía a entrar al dormitorio en busca de algo.

—Ya sabes cómo es—acarició la cabeza del cenizo.

—¿Qué hacemos aquí?—preguntó en un hilo de voz.

—No voy a permitir que vuelvas a decir ese tipo de tontería como la de hace un momento—apretaste su mano para fortalecer el agarre—. Sabes perfectamente que eres mi mejor amigo y te aprecio demasiado.

—...

—¡Aquí está!

La femenina, tu mejor amiga, volvió a asomarse por el marco de la puerta con su usual energía, mostran consigo una pequeña caja envuelta en papel de color naranja, y con un característico diseño de bombas y símbolos de explosiones.

—Muchas gracias, Mina—tomó el regalo con una amplia sonrisa.

—¿Todavía sigue en pie?—ladeó la cabeza refiriéndose al 'asunto'.

—¡Por supuesto! Después de esto no se negará—comenzaste a alejarte junto con Bakugo—. ¡Nos vemos!

—Dime de una vez lo que sucede—refunfuñó levantando la voz, pero con palabras más tranquilas. En estos momentos temía dar cualquier paso en falso y mandar todo a la mierda.

Sin decir palabra alguna, arrastraste a Bakugo contigo nuevamente al interior de tu habitación. Cerraste la puerta y te pusiste frente a él con el regalo extendido en tus manos.

—Katsuki...—sonreíste—. ¡Feliz cumpleaños!

—¡¡!!

Su corazón no podía evitar latir como loco. La chica que llevaba gustándole desde hace tiempo se había acordado de su día especial. En estos momentos se sentía la persona más feliz y afortunada del mundo.
Intentaba mantener la compostura, pero el simple hecho de contemplar su sonrisa le derretía por completo.

—¿Katsuki?

Con toda la energía del mundo sobre él, tomó el regalo para comenzar a rasgar el papel con cuidado hasta dejar ver una caja de cartón decorada con fotos de ambos.

—No te dejas tomar muchas fotos—zapateaste la alfombra avergonzada—. Y a mí tampoco es que me gusten...¡Pero he intentado hacer todo lo posible!

Le lanzaste una mirada fugaz en la que tus ojos se encontraron con los suyos. Diste un paso hacia atrás cuando los viste brillar de una extraña manera. Como si estuviera feliz por este 'pequeño' momento el cual él no consideraba así.

Continuó, apartando la tapa de la caja y asomando su cabeza al interior de esta. No pudo evitar agrandar sus ojos con sorpresa.
Posó su vista sobre las manos de la chica, quien escondía estas tras su espalda. Se acercó a ella para tomar uno de sus antebrazos y traerlo hacia el frente, afirmando lo que temía.
Los dedos de ______ estaban rodeados de pequeñas vendas.

—¡P-Puedo explicarlo! Esto...¡Han sido los entrenamientos! ¡Yo-

Si los latidos de tu corazón ya se encontraban a punto de su límite, ahora mismo habían conseguido explotar como locos descontrolados.
Los fuertes brazos de Bakugo rodeaban tu cuerpo, formando un cálido abrazo.

—Maldición—podías notar cómo apretaba sus dientes—. La he fastidiado—suspiró—. Estabas haciéndome una fiesta sorpresa, ¿verdad?

—E-Em...

—Lo sospeché. Pero cuando no quisiste quedar conmigo como siempre...—escondió su rostro en tu cuello—. Definitivamente enloquecí.

—Kats-

—¡Joder!

Te sobresaltase, Katsuki se había separado repentinamente tomando tus hombros y mirándote a los ojos con un gran sonrojo en sus mejillas.

—¡Me gustas! ¡Me gustas jodidamente!—se alejó tirando de sus cabellos con frustración—. ¡Joder, me encantas! Ya lo he dicho—comenzó a alejarse hacia la puerta con el paso tembloroso.

—¡Katsuki!

Toda la habitación se sumió en un profundo silencio. Tu mano envolviendo la de Bakugo formaba una escena de completa tensión.

—Yo...—tomaste una bocanada de aire—. ¡Tú también me gustas!

—Katsuki—aflojaste el agarre—. M-Me hace realmente feliz que...sientas lo mismo.

—Si es cierto lo que dices...—apretó los puños con fuerza antes de girarse bruscamente hacia tí—. ¡Entonces saldrás conmigo!

Sabías perfectamente tu respuesta, ¡por supuesto que la sabías!

—Me encantaría, Katsuki—sonreíste con lágrimas de felicidad.

—¡Tsk!—apartó la mirada—. Bien...¡Porque tampoco pensaba dejar que me rechazaras!—movió su cuerpo tembloroso hacia la puerta—. Y...¡E-El regalo no ha sido horrible!—cerró la puerta detrás de él.

Con la felicidad por las nubes, sostuvo el llavero, hecho a mano, contra su pecho mientras caía al suelo apoyando su espalda contra la puerta.

—Ella...—miró el llavero con una tonta sonrisa en su rostro—¡realmente siente algo por mí!