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“Dos”
Me encontraba en la finca Mariposa haciendo mi respectivo entrenamiento, era un día ajetreado, pues debía de ayudar a Iguro con algunas medicinas que me había encargado, en estos últimos años mi familia se ha encargado de utilizar la habilidad de las flores sanadoras, por ende, en mi carga ese peso de poder hacer medicinas efectivas entre los cazadores.
— [TN] — Escuche al Pilar — Necesito pedirte un favor
Rápidamente me acerqué a él, dejando mi nichirin a un lado — Buenos días — Hice una reverencia — Dígame, en que te puedo servir
Desde hace unos años, me he convertido en una ayudante fiel de aquel pilar, en todo este tiempo, aprendí mucho de él, al decir verdad, que este conmigo, me hace sentir especial. . .
— Desearía saber si ya tienes las medicinas, quiero experimentarlas en mí cuando tenga batallas fuertes
Mi experiencion cambio a una de preocupación — Iguro. . . Es demasiado peligroso, a demás. . . Ya sabes lo que sucedió la vez que intente hacer un medicamento a base de Ortiga — Agaché mi cabeza, mientras negaba aquella petición — Yo. . . Me preocupo por usted. . .
El chico se sorprendió — [TN]. . . Lo sé. . . Confío en que podrás hacer una medicina capaz de hacer curar al instante. . . — Él tomo mi hombro — Confío en ti . . .
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Algunos días pasaron, ahora me tenía que concentrarme en hacer aquel efecto en la planta, tanto era la preocupación, que me saltaba mis horas de sueño, solo tomaba té y hacia panes tostados.
— Debo de ir por algunas cosas en la cabaña de Iguro. . .
Me dije a mí misma anotando en mi libreta las cosas que debía de traer. Lave mi rostro, y me dispuse a salir de mi hogar, para poder así salir en dirección del pilar. Una vez había llegado, no quería que se percataran que yo está ahí, tome la decisión de que si volvía a encontrarme con Iguro, era para darle la medicina.
— ¡Oh! ¡Hola! — Me encontraba en el patio, cuando una voz alegre me llamo — ¡Iguro me habló de tí! — Cuando voltee ví a una chica de cabello rosa con puntas verdes — .
