La primera vez que lo ví. . .Me impresiono bastante, sabes, no fue un buen comienzo. . .
Me encontraba junto a los demás finalistas, solo habíamos sido seis, los que habíamos sobrevivido, me preguntaba donde estaba el otro chico, solo observaba a cinco, incluyendome, conté con mis dedos nuevamente, tal vez había contado mal. . . Pero cuando lo estaba haciendo, un azabache tomo de forma brusca a la niña mientras le gritaba.
— Oye — Me acerque — Suéltala — Pronuncié
— ¿Eh? Y tú quien eres — Llevo su pie a mi estómago
Me agache e hice lo mismo que él, con más fuerza le pegue haciendo que retrocediera soltando así a la pequeña
— ¡Cuál es tu problema mocosa! — Este solo me miró con furia, aún estaba en el suelo con una mano apoyada en su estómago
— No tienes derecho alguno de hacerle eso — Dije sin vacilar
— Quien te crees que eres ¡No eres mejor que yo! — Se acercó a mí rápidamente
— Oh creeme que si pelón
— ¡Tengo cabello!
— ¿En serio? Porque no lo veo — Me tape mis ojos
— ¡No estás viendo! — Gritó
— Aún sigo sin ver tu cabello. . .
— ¡Ah! ¡Deja de hacerlo!
Pero sabes, me gustó que nos volviéramos a encontrar. . .
Pasaba por los pasillos de la cabaña mariposa, me estaba recuperando de la última misión, me detuve rápidamente, alguien más venía hacia mi dirección, pensé un poco y al estar cerca de mí, me coloque delante de él haciendo que se detuviera.
— ¡Eres el chico de las patadas! — Vocifere con energía
Este solo me miró por unos segundos luego se giró rápidamente; me acerque nuevamente impidiendo su escape.
— Oh sí, eres tú — Lo mire con atención — .
— Ah. . .— Giro su rostro con timidez
— Tranquilo, eso ya pasó, aunque... Debo de decir que fue un fuerte golpe ¡Sentí como mis órganos explotaban! ¡Piu! ¡Piu! ¡Bom! — Alce mis manos — Eso no fue bonito — Negué