“El fin”
Aquel día estaba tan hermoso, el sol golpeaba cada parte de los árboles color esmeralda. . . Aunque tal vez solo haya sido mi imaginación, después de todo, los días eran hermosos cuando él estaba.
— Buenos días señorita _________ — Hablo aquel azabache
— Buenos días caballero — Dije saliendo de mi hogar con los tarros vacíos en mi mano
— La leche más fresca es para usted — Saco varias botellas — .
— Eso es excepcional, haré un delicioso desayuno — Tome la canasta — Podrías pasar, claro, si gustas
El chico se torno de un perfecto color carmín en sus mejillas. Este se quitó su gorro — No quisiera importunar
— Porsupuesto que no, ven — Lo invite a pasar
Él era un gran hombre, sus nervios aumentaban cuando estaba junto a mi, y eso lo hacía ver tan tierno y dulce. . .
La casa era hermosa, y el patio era tan amplio, tenía una huerta allí, cultivaba varios vegetales y hasta hiervas medicinales. La cocina era magnífica, tenía una gran vista a las afueras, dando esa vista al horizonte.
— He estado pensando. . . En hacer unas cercas, para que las gallinas no salgan — Dijo comiendo
Lleve mi mano a la de él en dónde nuestros anillos se juntaban — Sería perfecto, algunos zorros se han comido algunas, no quisiera colocar trampas, sería peligroso
— Tienes razón cariño — Acaricio mi mano
La playa con un sol radiante, con el agua transparente y la arena firme. También corre la brisa que hace que te refresque tu rostro.
— Crees que encontremos caracolas — La pequeña voz de aquella pequeña me hablaba de madera suave — .
— Claro que si mi vida. . . Aquí hay muchos — Le dije con delicadeza — .
— ¡Mira ma'! — Vocifero el más pequeño — .
Aquella cometa volaba junto a las aves de allí. Tenía que decir que, los dos eran muy parecidos a él, algunas actitudes mías, pero tenían su esencia, y eso no me molestaba, me encantaba, a ambos les esperaba un gran futuro.
Estaba en la estación del tren, muchos estaban allí con sus uniformes, mujeres y niños. . . Tengo que reconocer que el ambiente era bastante pesado, y te daba un nudo en la garganta.
Él estaba ya en el tren con su ventana abierta — Se fuerte _________. . . Pronto nos veremos. . . Estaremos juntos por siempre — Acaricio mi mejilla
Sin darme cuenta, una lágrima escapó rodando por mi mejilla — Genya. . . No te dejare de pensar. . . — Me acerque besando sus labios, aquellos que me cubrían cuando estaba con frío. . . Esos que eran tan delicados y suaves
— Cuidá de ellos si. . . — Asentí con mis mejillas rojas ahora — No pierdas de vista el horizonte
Estaba afuera, en una silla que estaba al lado de la puerta, mis niños estaban a mi lado jugando un poco mientras comían. A lo lejos ví como un par de hombres con uniforme se acercaban a mi hogar. Me levanté apresurada y corrí hacia ellos.
Y ahí estaba, su uniforme, sobre unas cartas que tenian un aspecto pálido, junto a algunas medallas, mis piernas temblaron, y mi garganta ardió, caí al suelo, y las lágrimas salían sin permiso, mi pecho dolía. . . Mucho. . . Porque tenía que irse, porque él, no había sido malo con nadie. . . Solo tenía el pecado de querer vivir.
Después de eso, lloraba cada noche, su muerte había tenido tal impacto que no comía en días. . . Hasta que un día. . .
— Mami. . . — Mis hijos se acercaron a mí — Por favor. . . No llores más. . . — Su manito paso por mi mejilla — Queremos que crezcas junto a nosotros
Me arrodillé, y los abrace fuerte. . . Debía de ser valiente, por ellos, tenía un propósito aún en mi vida, darles lo mejor, no fallarles, enseñarles, y amarlos tanto. . .
❝ La vida me dijo que no podía vivir sin ti, y tenía razón ❞
G.S.
Los años pasaron, y ambos llegaron tan lejos, aquellos niños ahora ya eran grandes, habíamos, hecho un gran trabajó, y ahora ya podía estar junto a él junto aquel ser que siempre quise. . .
— _________. . . — Su voz se escuchó a lo lejos de aquel bello paisaje
— Genya. . . — Tome mi vestido y corrí hacia él — Te extrañe tanto. . . — Lo abrace — Algunas veces pensé que estaba haciéndolo mal. . . Tuve miedo. . .
El subió mi rostro con su mano delicadamente — Lo hiciste muy bien mi vida. . .