Como de costumbre, él no estaba ahí.
La cafetería de la secundaria se llenaba de ruido y Sunwoo odiaba el ruido, pero más odiaba los cuchicheos de los otros estudiantes.
—Oí que está a dieta. —dijo una chica en una de las mesas cercanas a la suya.
—Debería, ¿recuerdas cómo comía en la escuela? —rió otra de ellas— Parecía que no tenía fondo, creí que saldría rodando en cualquier momento.
Apretó sus dientes al escuchar aquello. Si bien no era cercano a ese chico, odiaba que otros se metieran en asuntos que no les incumbía.
—Parece un enfermo. —dijo un chico sentado frente a él.
—Es como un esqueleto andante.
—¡Basta! —alzó la voz. Todos centraron la mirada en él, pero poco le importó— ¿No sabéis comer en silencio?
Sin esperar respuesta, salió de la cafetería con su bandeja de comida, directo a aquel lugar donde el mayor solía quedarse en esa hora.
Lo vio en el salón de música, ese que siempre estaba vacío en las últimas horas. Ahí se la pasaba el mayor cada vez que era la hora del almuerzo, leyendo un libro sobre literatura francesa.
Literatura francesa, dijo Sunwoo para sus adentros. Ese género combinaba con él. Ni siquiera lo conocía lo suficiente, apenas sabía su apellido, pero simplemente pensaba eso.
El mayor levantó su rostro, apartando la vista de aquel libro al oír como alguien se acercaba.
Sunwoo casi se perdió en aquellos ojos. No es como si fuese la primera vez que se veían. Más de una vez se habían encontrado en los pasillos de la escuela, pero era la primera vez que se miraban mutuamente. Y Sunwoo debía admitir que nunca vio unos ojos tan brillantes y hermosos en sus dieciséis años de vida.
—Toma, come. —soltó Sunwoo sin expresión alguna en su rostro, dejando su bandeja con comida frente al chico de cabellos dorados.
El mayor lo miró con una expresión confusa para luego negar con la cabeza. —Gracias, pero no tengo hambre.
—Todos hablan a tus espaldas, si no quieres comer en la escuela, ¿por qué no le dices a tus padres que prefieres comer en casa?
Sunwoo solía ser brusco con todo el mundo. Alguien que desde el exterior podría parecer frío y ególatra. No era precisamente el chico popular ni el matón de la clase, pero solo parecía preocuparse por su persona.
Pero esta vez, incluso si intentó ser frío con aquel chico, se contuvo. Algo lo hacía detenerse y ser paciente. Eso le molestaba.
—Mira, agradezco tu preocupación, pero es algo más complejo que eso —dijo el rubio cerrando su libro—. Además, ni siquiera te conozco.
—¿Qué es entonces? —dijo Sunwoo, realmente no le importaba, pero solo quería hablar más con aquel chico delgado. No tenía nada mejor que hacer.
Se sentó en el suelo al lado del mayor, sin ningún espacio entre ellos. Sus hombros chocaron en la acción, haciendo que el otro chico se quejara por la brusquedad de Sunwoo.
—No te conozco. —Fue lo único que respondió.
—Kim Sunwoo.
—¿Qué?
—Mi nombre es Kim Sunwoo. ¿Cuál es el tuyo?
El chico rubio se quedo mirándolo por un largo tiempo, intentando descifrar qué pretendía aquel chico. Nunca habían tenido mayor interacción que algún encuentro en los alrededores de la escuela o en la entrada cuando Sunwoo aparecía con su bicicleta a la misma hora, justo cuando Chanhee entraba.
—Choi Chanhee. —respondió.
—Ya nos conocemos. ¿Me dirás?
Chanhee suspiró con molestia. Para él no era fácil hablar del tema, y odiaba que otros lo tomaran a la ligera.
—No somos cercanos, no tengo por qué contarte mis problemas.
Sunwoo sonrió, una sonrisa que al mayor le pareció adorable, borrando así aquella imagen ruda que el chico siempre traía consigo.
—Seamos cercanos, entonces. Choi Chanhee, a partir de ahora yo seré tu mejor amigo.
—Sigue soñando. —dijo Chanhee rodando los ojos al mismo tiempo que se levantaba. De espaldas a Sunwoo, soltó una pequeña sonrisa. La forma en la que el menor había pasado de ser intimidante a ser un niño emocionado le había parecido adorable. Y que se preocupara por él en lugar de soltar comentarios hirientes sobre su peso o hábitos alimenticios, hacía que su corazón se sintiera cálido. Se sentía como tener un amigo por primera vez en mucho tiempo.
—No me rendiré hasta hacerte comer de nuevo. —dijo adelantándose y dejando una manzana en la mano de Chanhee, para después perderse por lo pasillos.
—¿De nuevo? —preguntó Chanhee en un murmullo, intentando descifrar las palabras del menor— ¡Hey, espera!
Cuando quiso seguirlo ya era tarde, Sunwoo había desaparecido y Chanhee se encontraba demasiado cansado para buscarlo.
Miró aquella manzana y sonrió. La guardó en su mochila y se dispuso a salir de la escuela para volver a casa. Por primera vez volvería con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐈𝐄𝐓 | Sunnew
FanfictionDonde Chanhee está a dieta y Sunwoo solo quiere hacerlo comer de nuevo. Sunnew: Sunwoo x Chanhee Mencion de trastornos alimenticios. Historia corta. Actualizaciones lentas: Un capítulo cada semana. #1 en #sunwoo #1 en #sangyeon #2 en #sunnew #3 en #...