trece

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Sunwoo suspiró mirando como las olas rompían a lo lejos y el sol se escondía poco a poco, sintiendo la brisa fresca de aquel día.

No mentiría, se sentía preocupado por cómo estaría Chanhee. Ya había pasado dos horas y el chico de cabellos dorados aún no volvía.

Pronto sintió a alguien sentarse a su lado, giro rápidamente con la esperanza de que fuera su chico de cabellos claros, pero se decepcionó un poco al ver a Jacob a su lado.

Suspiró.

—Luces decepcionado al verme. —habló el mayor.

—Perdón. No es personal —comenzó diciendo con una mueca— Es solo que-

—Estás preocupado por Chanhee.

Sunwoo lo miró rápidamente para finalmente fijar su vista en la arena en el suelo, la cual comenzó a tocar con una de sus manos.

Jacob prosiguió.

—Él estará bien, Sunwoo. —dijo con una sonrisa dulce, acariciando la espalda del moreno.

—Lo sé... Pero aún así me siento ansioso. —suspiró. Llevaba toda la tarde suspirando, pero no podía evitarlo. Estaba preocupado.

—Ji Changmin no dejará que nada malo le pase a Chanhee —dijo Jacob—, o es que te preocupa que Changmin esté con él.

—Sé que no le hará nada, pero... yo... yo...

Un doloroso nudo en su garganta comenzó a formarse. No estaba acostumbrado a abrirse con otros, no sabía cómo expresar sus sentimientos.

Sunwoo siempre fue bueno escondiendo cómo se sentía, fingiendo estar bien. Era su mecanismo de defensa, no verse débil ante nadie, de esa manera no podían hacerle daño. Quizás por eso la imagen que los demás tenían de él era la de un tipo que solo le importaba su propia existencia.

—Puedes confiar en mí, Sun. Somos amigos, lo sabes, ¿cierto?

Sunwoo lo pensó un momento. No es como si desconfiara de Jacob, solo no sabía cómo ordenar sus sentimientos y pensamientos para decir algo coherente.

Suspiró. Por décima vez en el día.

—Me siento inseguro —por fin habló, atreviéndose a mirar a Jacob. Este lo miraba con una sonrisa, esperando a que continúe—. Tengo miedo de que ellos se arreglen y Chanhee me abandone inconscientemente. Ellos fueron mejores amigos por años, yo apenas entro en su vida.

—Oh, Sun —dijo el mayor acercándose al moreno y dándole un abrazo reconfortante, haciendo que Sunwoo esconda su cabeza en el pecho del canadiense—. Chanhee no hará eso.

—¿Cómo estás tan seguro? —Sunwoo levantó un poco la cabeza para mirar a Jacob.

—Chanhee te ve como si fueras un cielo lleno de estrellas. Como si fueras una luz brillante. Chanhee sonríe cada vez que hablas, cada vez que haces el más mínimo gesto —Sunwoo se sonrojó ante eso—. Incluso si Changmin fue su amigo por tantos años, tú en tan poco tiempo lograste que Chanhee volviera a ser feliz. Él no va a abandonar a la persona que le hizo disfrutar de la vida de nuevo.

Lo que decía Jacob tenía sentido, pensó el moreno. Ahora se sentía culpable y tonto por pensar que Chanhee lo abandonaría así como así, sabiendo que Chanhee era un ángel y nunca haría algo así.

—Me siento estúpido ahora.

—Está bien, Sunwoo. Todos hemos tenido inseguridades con la persona que amamos. Lo importante es que te des cuenta que esas inseguridades nunca van a cumplirse.

Sunwoo lo entendió ahí. No podía quitarle valor al cariño que Chanhee le tenía solo porque él se sentía inseguro. ¿Cómo se sentiría si fuera al revés? Lo entendería, pero dolería. No quería ver a Chanhee herido por su culpa.

Sonrió a Jacob y limpió el par de lágrimas que había derramado sin darse cuenta.

—Gracias, Cobie. Sin duda eres el mejor confortando a las personas.

Jacob rompió el abrazo y le dedicó una sonrisa radiante. —Es mi deber, como el hyung mayor, cuidar de mis bebés.

Sunwoo rió y Jacob le siguió.

—Por cierto, los amigos de Changmin nos invitaron a cenar con ellos en la casa vacacional de Lee Jaehyun, también nos ofrecieron quedarnos a dormir. ¿Vienes?

Sunwoo negó con una sonrisa. —Esperaré a Chanhee aquí.

Jacob lo miró por un tiempo, conmocionado por el amor que Sunwoo le tenía a cierto chico rubio. Se levantó y revolvió los cabellos del menor.

—Está bien, los esperamos dentro.

Y con ello el mayor desapareció de su vista.

Sunwoo se sentía realmente mejor, ahora solo quedaba esperar a Chanhee.

Y así lo hizo.

Pasaron una, dos, incluso tres horas. El sol ya estaba a punto de desaparecer por completo y Sunwoo luchaba por no quedarse dormido.

Hasta que escuchó esa voz melodiosa, seguido de la risa más bonita que escuchó en su vida.

Se levantó instantáneamente y allí estaba. Chanhee reía mientras perseguía a Changmin.

Pensó que el hecho de verlo pasándolo bien con Changmin le haría sentir extraño, pero para su sorpresa sonrió enternecido al ver cómo los ojos de Chanhee se convertían en medias lunas.

No iba a alejar a aquellos que hicieran sonreír a Chanhee de esa manera. Si Chanhee volvía a ser amigo de Changmin, él lo aceptaría gustoso, incluso si aún no tenía plena confianza en el chico castaño.

Pronto sus miradas comectaron a lo lejos y la sonrisa que Chanhee le dedicó le hizo estremecerse. Una sonrisa sincera, amplia y hermosa. Una sonrisa solo para él. Su corazón casi no pudo soportarlo, Sunwoo se sentía hechizado por ese chico con apariencia de ángel.

Changmin se alejó y Chanhee corrió hacia Sunwoo. A tal punto que se abalanzó sobre él en un abrazo y ambos cayeron en la arena ahora fría.

—No necesito preguntar si todo fue bien, ¿me equivoco? —cuestionó el moreno sentándose, aún con el rubio sobre él.

Chanhee sonrió mostrando sus dientes y Sunwoo juró tener un ataque al corazón en ese momento.

—Lo hemos solucionado. No somos mejores amigos de nuevo, pero ya no hay incomodidad. Todo está bien. —confesó sentándose a su lado.

—Eso me deja más tranquilo, Nyu.

—¿Por qué sigues fuera? Changmin dijo que sus amigos nos invitaban a cenar. Espera... —Chanhee se quedó pensativo un momento hasta que reaccionó— ¡Sonnu!

Sunwoo rió enternecido. —Dime, Nyu.

—¡¿Llevas esperándome todo este tiempo?!

—Sí, no podía volver sin ti. Necesitaba asegurarme de que volvías sano y salvo.

—No tenías por qué hacerlo...

Chanhee enrojeció y Sunwoo, divertido con su reacción, lo abrazó acercándolo más a él, si es que eso era posible.

—Te has sonrojado.

—¡No es cierto! —exclamó tapando su rostro con sus manos y sacudiendo sus pies. Justo como había hecho unas horas atrás. Sunwoo podía recordarlo.

—Eres tan lindo, Choi Chanhee. —confesó, recibiendo un golpe por parte del mayor.

—Y tú eres tan coqueto, Kim Sunwoo. —molestó el rubio.

—Solo contigo —dijo, dedicándole una mirada coqueta a lo que Chanhee reaccionó mirando hacia otro lado, avergonzado. Sunwoo rió y acomodó algunos cabellos rubios que caían sobre la frente del mayor—. Entremos, está comenzando a hacer frio.

Ambos se levantaron, Chanhee con la ayuda de Sunwoo. Se dirigieron hacia la casa de Lee Jaehyun, jugando y bromeando en el camino.

Sunwoo no podía estar más feliz, Chanhee se veía más liberado, en paz. El moreno no podía explicar la felicidad que sentía al ver a Chanhee tan feliz y aliviado.

Su corazón latía frenéticamente al verlo.

Ya no podía negarlo más.

Estaba enamorado de Choi Chanhee.

𝐃𝐈𝐄𝐓 | SunnewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora