tres

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Una semana.

Una semana que Sunwoo había pasado al lado del mayor.

Una semana que Chanhee no se sintió solo.

Y aunque Sunwoo aún no lo había hecho comer, tenía la esperanza de que este día lo lograra. Había conseguido que el menor sostuviera la comida en sus manos sin sentirse mal, eso era un avance.

Ambos se encontraban en la sala de música, Chanhee reía por las historias que contaba el menor.

—Entonces Hwallie le dijo a Kevin "Real Granola Apple Raspberry". —dijo Sunwoo riendo mientras mordía su sándwich.

Chanhee rió estruendosamente y mordió su pequeño sándwich.

Sunwoo no supo si lo había hecho inconscientemente o se había atrevido a comer, pero no le importó. Ver al mayor comer le hacía sentir feliz. Quizo abrazarlo y felicitarlo, pero prefirió esperar. No quería incomodar al rubio y arruinar su progreso.

—Tu amigo parece ser muy agradable. —sonrió Chanhee, mordiendo de nuevo su almuerzo.

—Hyunjoon es el único amigo que tengo, y el único que me aceptó como soy.

—¡Hey! ¿Y yo qué soy? —refunfuñó Chanhee ofendido, cruzándose de brazos y apartando la mirada del castaño.

—¿Ya me consideras tu amigo?

—Lo hice desde que dijiste que serías mi mejor amigo.

Sunwoo sonrió ampliamente y se levantó para abrazar al mayor. Este último se sorprendió, nunca había visto a Sunwoo siendo afectuoso. Otro de sus rasgos que comenzaba a aprender.

Su abrazo era cálido, hacía tiempo no sentía esa calidez de ser abrazado por alguien.

—Promételo. —dijo Sunwoo al separarse del mayor, poniendo su meñique frente a ellos.

—Lo prometo, Sunwoo. Seremos mejores amigos siempre. —respondió Chanhee entrelazando su meñique con el de Sunwoo. El castaño cerró la promesa uniendo los pulgares de ambos y pronto sonrieron mirandose el uno al otro.

La puerta del salón se abrió repentinamente y Chanhee saltó de la silla soltando un grito agudo en el acto.

Un chico de cabello negro, ojos pequeños y varios piercings en su oreja izquierda apareció en la entrada del salón señalando acusatoriamente a Sunwoo.

Camino hasta estar frente a ellos y miró al castaño con una expresión enojada.

—¡Tú, maldito infiel! —exclamó hacia Sunwoo quien ni siquiera había reaccionado— Llevas una semana desapareciendo a la hora del almuerzo. ¡Me has dejado solo!

—¿Infiel? —preguntó Chanhee confundido— ¿Acaso ustedes son...?

—No.

—Sí. —dijo el chico al mismo tiempo que Sunwoo.

—¡Yah! —dijo Sunwoo levantándose y rodeando el cuello del pelinegro con sus brazos, haciendo el amago de ahorcarlo.

—Bromeo, bromeo.

—Chanhee —Sunwoo llamó la atención del mayor—, él es Hyunjoon. Hwallie, este es Chanhee, es un año mayor que nosotros.

Chanhee por un momento quedó paralizado. No quería que volvieran a juzgarlo o le dijeran cosas hirientes sobre su físico.

Se encogió en su sitio y miró al suelo, esperando algún insulto o burla que nunca llegó.

—Encantado de conocerte, Chanhee. Puedes decirme Hwall —respondió el chico con una sonrisa adorable, haciendo una leve reverencia— ¡Wah! ¡Sunwoo, él es precioso!

Chanhee se sonrojó por sus palabras.

—Hwall, no empieces.

—Parece un ángel —dijo tomando la cara del rubio con ambas manos.

—Basta, lo estás incomodando.

—¿Te molesta? —preguntó Hyunjoon con preocupacion, pero Chanhee negó sonriendo tímidamente— ¿Lo ves? No le molesta.

Sunwoo chasqueó la lengua a la vez que rodaba sus ojos.

Hyunjoon se quedó con ellos, pero a Chanhee no le importó. Y tampoco le importó que la siguiente semana los tres desayunaran juntos en el salón de música. Aunque por alguna razón que Chanhee desconocía, Hyunjoon no se quedaba con ellos en la hora del almuerzo.

Ahora tenía dos amigos que no le juzgaban ni lo veían como un enfermo.

𝐃𝐈𝐄𝐓 | SunnewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora