doce

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¿Es así como se siente la felicidad?”, pensaba Chanhee, sentado en la arena junto al sol más brillante, Sunwoo.

Ninguno de sus amigos cuestionó el por qué no se quitaba la camiseta y les agradeció por eso. Nadie actuó extraño con él. ¿Era esto lo que se conocía como una amistad pura?

Tsuki y Eric estaban en el mar en medio de una guerra de agua. Kevin, Haknyeon y Hyunjun jugaban con una pelota en la orilla del mar. Y Jacob y Gaeul habían ido a comprar helados para todos.

—Se siente tan bien volver a estar en la playa después de tanto tiempo. —suspiró Chanhee alzando la cabeza y cerrando los ojos, disfrutando de la calidez del sol.

Sunwoo lo miró y sonrió tontamente. Chanhee se veía precioso a la luz del sol. De hecho, para Sunwoo siempre se veía precioso, pero ahora mucho más. Su cabello brillaba aún más por los rayos del sol y su cara se veía tan suave que tuvo que contenerse por no acariciarla y poner incómodo al chico de cabellos dorados.

—Pienso lo mismo —respondió Sunwoo—, y el hecho de estar contigo aquí lo hace mucho mejor.

—¡Ya basta de coquetear, Sunwoo! —exclamó Chanhee tapando sus ojos con sus manos, moviendo sus piernas. Acto que solía hacer cuando se sentía cohibido.

Sunwoo rió y apartó las manos del mayor, viendo a un sonrojado Chanhee ante sus ojos. Tan precioso y angelical.

—Te has sonrojado.

—Es... es por el sol. —dijo Chanhee con nerviosismo.

—Mentiroso. —canturreó el menor, aplastando las rosadas mejillas del rubio.

—¡Yah! —se quejó Chanhee entre risas, pero se detuvo repentinamente, mirando a un punto fijo detrás de Sunwoo.

—¿Qué sucede, Nyu? ¿Qué estás mi-

Sunwoo se giró y allí entendió completamente todo. Ji Changmin y su grupo de amigos estaban ahí, caminando hacia su dirección.

—¿Qué hacen ellos aquí? —masculló Sunwoo formando puños con sus manos.

—Tranquilo, Sunwoo. Seguro fue una coincidencia. Mantengámonos al margen. —intentó calmarlo Chanhee.

—De ninguna manera es coincidencia —dijo. Jacob y Gaeul llegaron hasta ellos con los helados y antes de que alguno soltara algún sonido, Sunwoo se adelantó y encaró a la chica—. ¿Invitaste a tus amigos?

—¿Ah? —dijo Gaeul confusa. O así fue hasta que vio a sus amigos a lo lejos. Suspiró frustrada—. No lo hice, solo les dije que Tsuki y yo no iríamos con ellos este fin de semana porque estaríamos con ustedes en la playa.

—Fue idea de Changmin entonces. —dijo Sunwoo.

El moreno no podía creer de lo que era capaz Ji Changmin con tal de seguir acosando a Chanhee. Pensó que al menos tenía algo de decencia en dejarlo en paz, pero parecía que estaba equivocado.

Estaba furioso. Y es que odiaba el efecto que Ji Changmin provocaba en Chanhee, cómo este se entristecía, cómo dejaba de comer, cómo se encerraba en sí mismo cada vez que lo veía. Sus nudillos estaban prácticamente blancos de la presión que ejercía, y sus dientes rechinaban de la rabia.

Hasta que una mano acarició los cabellos que caían por su cuello, devolviéndolo al mundo real. Calmándolo como si fuera algún tipo de tranquilizante inmediato. Chanhee acariciaba aquella zona con sus suaves y largos dedos, dándole una mirada tranquilizadora.

—Todo está bien, Sunwoo. No te preocupes. —susurró con una sonrisa.

Sunwoo suspiró. Sabía que no estaba bien, podía percibir el miedo que había en Chanhee. Solo estaba aparentando ser fuerte para calmar a Sunwoo.

𝐃𝐈𝐄𝐓 | SunnewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora