5. "Los cuatro miembros"

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13 de abril, 2286
Valle Inutilia, Nevada
EEUU

El suave viento de la primavera nutrió su interior de paz. Finalmente, después de tanto, pudo pisar un suelo que no era el de su casa sola y sin compañía. Después de haber contado la verdad ya no se sentía tan pequeña ante un espacio tan grande como el valle en el que había crecido.
Aprovechó ese día tan especial para trabajar y relajarse a la vez... Después de todo, no había disfrutado con sus amigos desde el día de su cumpleaños número seis.

Golpeó dos veces la puerta blanca.

—¡Azul! Sí viniste. —festejó Sam abrazándola fuerte. —No sabes cuánto valoro que estés aquí.

—Tú me invitaste, no quería defraudar a mi mejor amiga. —Sacó un paquete de la bolsa que cargaba en sus manos. —Ten, es un presente para ti. Feliz cumpleaños.

Sam recibió el regalo con mucho gusto. La invitó a pasar para que se sintiera cómoda. Cuántos recuerdos se le vinieron a la mente.

Azul había olvidado lo bonita que era la casa de la familia Afidelé. Casi todos los fines de semana, cuando era una niña, solía a quedarse a dormir en el hogar de quién ella consideraba su hermana. Disfrutaba tanto volver a visitarla. Entró con torpeza entre tanta gente, chocándose sin querer con los demás.

—¡Auch!—exclamó un tipo extraño luego de que ella lo pisara. —¡Ay, perdón! No te vi niña…

—Mis más sinceras disculpas… ¡Oiga! Yo a usted lo conozco. —dijo sorprendida con un tono de felicidad. —Mi padre trabajó con usted… ¿No es el de la tienda de antigüedades? ¿Qué hace aquí?—preguntó emocionada .

—Soy-

—¿Azul Vancouver?—dijo la voz de un hombre a quien no reconoció. —¡Azul! Vaya, no había podido verte aún con todo este revuelo de la prensa y tu familia...—titubeó. —Quería darte privacidad.

—¿Marcet? ¿Marcet Afidelé?—preguntó entusiasmada. Aquellos reencuentros movieron pequeños espacios de su memoria.

—¡Sí, hija! Soy yo.—Marcet y Azul se abrazaron. Aquel hombre la apreciaba como si fuera otra de sus niñas. —¿Dónde están mis modales…? Azul, él es César. Mi pareja.

—¡Así que eso es lo que hace aquí!—saltó en su lugar. —Me hace… Me hace feliz poder recordarlos.

—Me alegra saber que pese a todo estás bien y con salud. Viva. —La tomó por los hombros y la miró de frente. —Sabes que ante cualquier urgencia médica, los Afidelé siempre estaremos para ti.

Azul prestó especial atención a sus palabras. Frunció la mirada.

—¿Dice usted que es doc...?

—¡Azul! Llegaste. —interrumpió Anthony con una copa en la mano. —Ven, no pierdas la oportunidad de relajarte un momento con tus amigos...

Azul se alejó de Marcet manteniendo la incertidumbre de su duda. No olvidaba que aún tenía una tarea que cumplir: reclutar un equipo.

La fiesta de cumpleaños de Sam de volvió un ambiente muy amigable lleno de risas y cantos por parte de todos. En verdad ella no conocía a casi nadie ahí, pero tampoco se sentía abrumada por estar en presencia de desconocidos. Al fin y al cabo ya era una adulta: tenía todas las herramientas para defenderse.
Tomó un vaso de jugo y se reposó contra una columna a descansar sus pies..

El Retorno De Los Sekunders© | Exanimun #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora