los cuatro campeones

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Kaneki permaneció sentado, no podía dar crédito a lo que Dombuldore acaba decir, él había sido muy claro con el tema de no participar. . .no él no estaba de acuerdo.

Realmente estaba aturdido, fue un fuerte golpe incluso mas fuerte de lo que Touka le había dado hace un día.

Podía sentir las miradas sobre él y lo odiaba, se puso la capucha para tratar de calmarse.

Todo estaba en silencio, nisiquiera el zumbido de una mosca era audible, no habían aplausos. . .nada.

En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente.

El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo. Kaneki se volvió hacia Ron y Hermione. Más allá de ellos, vio que todos los
demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor lo miraban con la boca abierta.
----Y-yo  no puse mi nombre----dijo Kaneki, totalmente confuso

----ustedes lo saben. . .

Uno y otro le devolvieron la misma mirada de aturdimiento.

En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.

---¡Ken Kaneki!----llamó

----¡Kaneki! ¡Levántate y ven aquí, por favor!

----Vamos---- le susurró Hermione, dándole a Kaneki un leve empujón.

Kaneki se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y Hufflepuff. Le pareció un camino larguísimo.

La mesa de los profesores no
parecía hallarse más cerca aunque él caminara hacia ella, y notaba la mirada de cientos y cientos de ojos, como si cada uno de ellos fuera un reflector. El comenzo a escucha un sumbido en sus oidos, aquel zumbido se hacía cada vez más fuerte. Después de lo que le pareció una hora, se halló delante de Dumbledore y notó las miradas de todos los profesores.

----Bueno. . . cruza la puerta, Kaneki---- dijo Dumbledore, sin sonreír.

Kaneki pasó por la mesa de profesores. Hagrid, sentado justo en un extremo, no le guiñó un ojo, ni levantó la mano, ni hizo ninguna de sus
habituales señas de saludo.

Parecía completamente aturdido y, al pasar el albino,
lo miró como hacían todos los demás.

Kaneki salió del Gran Comedor y se encontró en una sala más pequeña, decorada con retratos de brujos y brujas. Delante de él, en la chimenea, crepitaba un fuego acogedor.

Cuando entró, las caras de los retratados se volvieron hacia él. Vio que una bruja con el rostro lleno de arrugas salía precipitadamente de los límites de su marco y se iba al cuadro vecino, que era el retrato de un mago con bigotes de foca. La bruja del rostro arrugado empezó a susurrarle algo al oído.
Viktor Krum, Cedric Diggory y Fleur Delacour estaban junto a la chimenea. Con sus siluetas recortadas contra las llamas, tenían un aspecto curiosamente imponente. Krum, cabizbajo y siniestro, se apoyaba en la repisa de la chimenea, ligeramente separado de los otros dos. Cedric, de pie con las manos a la espalda, observaba el fuego. Fleur Delacour lo miró cuando entró y volvió a
echarse para atrás su largo pelo plateado.

----¿Qué pasa?----preguntó, creyendo que había entrado para transmitirles algún mensaje

----¿"Quieguen" que volvamos al "comedog"?

Él no sabía cómo explicar lo que acababa de suceder. Se quedó allí quieto, mirando a los tres campeones, sorprendido de lo altos que parecían.

Lycoris Radiata (TG/HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora