el boggart

51 11 0
                                    

Kaneki estaba un poco pensativo, tomó el huevo observando cada detalle de este.

-Vamos, Kaneki, están a punto de darte la puntuación.

Kaneki salió de la tienda, con Ron a su lado, hablando sin parar, Hinami asentía a todo lo que el pelirrojo decía y Touka charlaba de como era Kaneki en Anteiku.

-Has sido el mejor, ni punto de comparación. Cedric hizo una cosa bastante rara: transformó una roca en un perro labrador, para que el dragón atacara al perro y se olvidara de él. La transformación estuvo bastante bien, y al final funcionó, porque consiguió coger el huevo, pero también se llevó una buena quemadura porque el dragón cambió de opinión de repente y decidió que le interesaba más Diggory que el labrador. Escapó por los pelos. Y Fleur
intentó un tipo de encantamiento. . . Creo que quería ponerlo en trance, o algo así. El caso es que funcionó, se quedó como dormido, pero de repente roncó y echó un buen chorro de fuego. Se le prendió la falda. La apagó echando agua por la varita. Y en cuanto a Krum. . . no lo vas a creer, pero no se le ocurrió la posibilidad de volar. Sin embargo, creo que después de ti es el que mejor lo ha hecho. Utilizó algún tipo de embrujo que le lanzó a los ojos. El problema fue que el dragón empezó a tambalearse y aplastó la mitad de los huevos de verdad. Le han quitado puntos por eso, porque se suponía que no tenía que causar ningún daño.

Ron tomó aire al llegar con el albino hasta el cercado.

Retirado el colacuerno, Kaneki fue capaz de ver dónde estaban sentados los jueces: justo al otro extremo, en elevados asientos forrados de color oro.

-Cada uno da una puntuación sobre diez- le explicó Ron.
Entornando los ojos, Kaneki vio a Madame Máxime, la primera del tribunal, levantar la varita, de la que salió lo que parecía una larga cinta de plata que se
retorcía formando un ocho.
-¡No está mal!- dijo Ron y Hinami al unisio, mientras la multitud aplaudía

-Supongo que te ha bajado algo por lo del hombro. . .

A continuación le tocó al señor Crouch, que proyectó en el aire un nueve. -¡Qué bien!- gritó Ron, dándole a Kaneki un golpecito en la espalda.

Luego le tocaba a Dumbledore. También él proyectó un nueve, y la multitud vitoreó más fuerte que antes.

Ludo Bagman: un diez.
-¿Un diez?- preguntó Kaneki extrañado

-¿Y la herida? ¿Por qué me
pone un diez?

-¡No te quejes, Bakaneki!-exclamó Touka emocionada.

Y entonces Karkarov levantó la varita. Se detuvo un momento, y luego proyectó en el aire otro número: un cuatro.

-¿Qué?- chilló Ron furioso-

-¿Un cuatro? ¡Cerdo partidista y piojoso, a Krum le diste un diez!

Pero a Kaneki no le importaba. No le hubiera importado aunque Karkarov le hubiera dado un cero. Para él, la indignación de Ron a su favor valía más que un centenar de puntos.

No se lo dijo a Ron, claro, pero al volverse para abandonar el cercado no cabía en sí de felicidad. Y no solamente a causa de Ron: los de Gryffindor no eran los únicos que vitoreaban entre la multitud.

A la hora de la verdad, cuando vieron a lo que se enfrentaba, la mayoría del colegio había estado de su parte, tanto como de la de Cedric. En cuanto a los de Slytherin, le daba igual: ya se sentía con fuerza para enfrentarse a ellos. -¡Estáis empatados en el primer puesto, Kaneki! ¡Krum y tú!- dijo
Charlie Weasley, precipitándose a su encuentro cuando volvían para el colegio

-Me voy corriendo. Tengo que llegar para enviarle una lechuza a mamá; le prometí que le contaría lo que había sucedido. ¡Pero es que ha sido
increíble! Ah, sí. . . me ordenaron que te dijera que tienes que esperar unos minutos. Bagman quiere decir algo en la tienda de los campeones.

Lycoris Radiata (TG/HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora