8 || Atrapada

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Adrián suspiró y se apoyó el lápiz en la sien. La luz de su escritorio aún seguía encendida a pesar de ser muy tarde. Un diario en blanco reposaba abierto en la superficie de la mesa. Lo había comprado ese mismo día porque pensó que sería una buena idea, pero en ese momento no sabía qué escribir. Era como si sus palabras estuviesen atrapadas en su interior. Adrián se mordió el labio hasta que sangró, sintiendo ese sabor tan característico al que ya se había acostumbrado.

No estaba seguro de qué escribir, así que dejó el lápiz a un lado, cerró la libreta en blanco, apagó las luces y se sentó en la oscuridad de su habitación.

Se sentía, a la vez, acompañado y completamente solo.

Esos sentimientos lo mantenían con vida; le permitían respirar. Era todo lo que tenía. Estaba tan oscuro que no estaba seguro de si tenía los ojos abiertos o cerrados, aunque no le importaba.

Alargó el brazo hasta alcanzar la lámpara de la mesa. Soltó un suspiro mientras las yemas de sus dedos recorrían el metal frío. La encendió. La luz clara y brillante le quemaba los ojos, pero el no los cerró. De hecho, agradeció ese leve ardor y picor.

Agarró, de nuevo, el diario de Marinette. Ese objeto se estaba convirtiendo en un confort constante. Parecía que siempre se perdía en sus palabras.

Querida Ladybug,

¿Qué me está pasando? ¿En qué me he convertido?

Ya no soy yo, pero soy yo. ¿Quién soy?

¿En qué momento me perdí en los tratamientos, medicamentos y exámenes médicos? ¿Dónde estoy? ¿Cómo puedo encontrar algo que está perdido y encontrado al mismo tiempo?

Estoy perdida. Estoy aquí. No estoy en ningún lado, pero a la vez estoy en todos. Soy tragedia y desastre. Soy una flor que se va marchitando. Me estoy muriendo.

¿Por qué estoy luchando? No hay nadie que me pueda ayudar.

¿Por que estoy viviendo todavía?

Por siempre,

Marinette

Las manos de Adrián empezaron a temblar mientras sujetaba la página. No se imaginaba que Marinette llegase a pensar de esa forma. Creía que él era el único que pensaba eso. De sus ojos querían brotar lágrimas, pero pestañeó para evitarlo. No le sirvió de nada. Algo en su interior se había roto al leer las palabras de la chica.

Adrián agarró con fuerza el diario y lloró. Lloró por el futuro que ella había perdido, y lloró por el futuro que él estaba pensando en abandonar.

Always, Marinette (traducción al español castellano) - Por siempre, MarinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora