La Familia Lutteo Capítulo 3 : La enfermedad respiratoria

561 11 0
                                    


Cita

La vida tiene momentos de felicidad iluminando el mundo. Pero también tiene momentos de desgracia obscureciendo todas las luces de felicidad...

Matteo

Luna estaba conectada a la maquina. Estaba a su lado toda la noche, la miraba dormir y sufrir al mismo tiempo. Tomé su mano y la apreté. Le di un beso en la mano cada vez que la veía asfixiarse. Me dijeron que sus pulmones estaban instables pero ¿que pasó y por qué? Los médicos aún estaban buscando. Escuché a Luna asfixiarse de nuevo. Le dolía, tocaba su pecho y se doblaba de dolor. Empezó a gritar de dolor. Abrió los ojos, estaban rojos y las lagrimas fluyeron. No podía decir nada pero vi que sus labios intentaban decir mi nombre. La miré preocupado y presioné el botón de emergencia para llamar a un médico. Llegó enseguida

El médico : ¿Qué pasa?

Matteo : Se despertó porque se estaba asfixiado y mire su estado, casi no respira.

El médico : Dios, hay que aumentar el oxigeno de la maquina...

Matteo : Doctor, ¿ella va a estar bien? ¿Se va a recuperar?

El médico : Mire señor Balsano, su estaba es grave. Estamos buscando la causa de su enfermedad. Cuando lo sabremos, buscaremos una solución para curarla pero en este momento, su estado es muy instable y puede morir en cada momento si para de respirar... Ahora tengo que ir a aumentar el oxigeno de la máquina... Lo siento.

El médico salió y yo me eché a llorar. Miré a Luna quien sufría y me acerqué a ella. A pesar del dolor, me miró y me vio llorar. No podía moverse pero su mirada hacía todo para ella. Su mirada me decía que todo iba a estar bien y que lucharía contra su enfermedad. Pero sigue llorando. Tenía miedo perder al amor de mi vida, la madre de mis hijos... ¡MIS HIJOS! ¿Cómo vivirían sin su madre? Lloré y lloré. La abracé cuidadosamente para no hacerle daño. Puso su cabeza en mi pecho y la sentí llorar también. De repente, su respiración se volvió estable. Sofocaba pero no le dolía. El médico había aumentado el oxigeno. Nos separamos del abrazo y la miré a los ojos. Ella también me miraba.

Luna : Tengo miedo...

Matteo : Yo también... pero estaré contigo.

Le di un beso.

Matteo : No estarás sola. Estaré a tu lado hasta que mejores.

Luna : ¿Crees que voy a recuperarme?

Matteo : Yo... lo espero. No podemos alejarte de mí así de un día para otro. Te necesito.

Luna : Matteo, ¿y nuestros hijos? ¿Dónde están? ¿Qué vamos a decirles? También te necesitan, tienes que volver a casa para cuidarlos.

Matteo ; ¡No! No voy a dejarte sola. Me quedo aquí. Gastón y Nina van a cuidar de los niños y si tienen un problema, podemos contar con Simón, Ambar y tus padres. De hecho, tenemos que avisarles a tus padres.

Luna : Matteo, los niños se van a preocupar...

Matteo : No podemos decirles Luna... al menos no ahora... son demasiados pequeños. A mí me duele mucho la idea de perderte. No puedo ni imaginar el dolor de ellos.

Luna : No quiero hacerles sufrir... lo siento mucho.

Lo dijo llorando. La abracé fuertemente y la besé.

Matteo : Luna, te prohibo decir esto otra vez. Vamos a superarlo juntos los dos. ¿Lutteo para siempre?

Luna : ¡Para la eternidad!

Nina

Me preocupaba mi mejor amiga. Gastón y yo estábamos en la casa de Luna y Matteo para cuidar de sus hijos. Era la mañana y no tenían clase hoy. Karol y Ruggero se despertaron y cuando nos vieron corrieron a nosotros.

La Familia LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora