Capítulo 1 | Parte VI

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¡Buenas noches, mis caídos! Ya sé, ya sé, les debo los especiales pero decidí retrazar la publicación por más de un motivo. Volviendo a este capi... ¡es la última parte del capítulo 1!  ¡Por fin comienza la aventura verdadera! ¿Quién es Diana realmente? ¿Por qué está tan empeñada en perseguir a Morgana? ¿Qué tiene que ver el director del colegio? ¿Qué relación mantiene Morgana con Jake? Estas y muchas otras preguntas comienzan a responderse a partir de este punto no se lo pierdan.

¡A leer!

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Jake se acercó al casillero de Morgana, y le revolvió el cabello. Las hebras moradas apuntaban en todas direcciones desplegadas en su espalda como una baraja extendida. Morgan se agitó para acomodarlas, las ondas saltaron como las suaves olas de mar.

–El señor Sheringham –empezó con voz solemne tras erguirse y mantener la espalda recta–, solicita tu grata presencia en la elegante cena que tomará lugar en su residencia esta noche.

Jake se relajó contra el metal de los casilleros. Cruzó los brazos sobre el pecho y todavía riendo contestó–: ¿Una gala, eh? Debo vestirme entonces apropiadamente.

–La consumación fatídica de su apuesta –suspiró Morgana al tiempo que empujaba sus libros en el casillero y cerraba la puerta.

–¿Vienes conmigo al entrenamiento? Podemos ir por chatarra y alguna película, tenemos toda la noche.

Juntos comenzaron a avanzar por el pasillo hacia la salida. Morgana se desplazaba con un sigilo mal disimulado, observó con cautela hacia ambos lados antes de pasar al siguiente corredor. Guardó silencio y cuando finalmente se escabulló hasta el otro lado, relajó los hombros y centró la mirada en Jake. Una de sus cejas se arqueó ante su expresión. Jake habló sin que ella dijera nada.

–¿Qué no me estás contando?

Morgana le dio un empujón, tenía razón, se estaba comportando como niña de y esa era una versión que nadie había visto en años. Rió muy a su pesar.

–Se te olvida algo –le dijo tranquila, Jake le devolvió la mirada en silencio incapaz de comprender, Morgana suspiró antes de retomar la conversación–. No hubo forma.

Esta vez fue Jake quien elevó una ceja. Morgana se explicó de inmediato. –Diana... –murmuró– no pude inventar nada útil y ahora estoy comprometida, amarrada de manos y pies y hundida en un foso profundo por su culpa.

Jake se rió. –No seas exagerada.

–No lo soy... o bueno, tal vez un poquito. 

Se encontraron de frente con el grupo de porristas, demasiado tarde para esquivarlas.

–Jake –canturreó una chica delgaducha, de ondas rubias y un escote exagerado. Eso sí que era exagerado, pensó Morgana–. ¿Tienes algún plan para después del entreno?

Morgana odiaba sus voces melosas y fingidas en torno a Jake, era como ver un programa sobre apareamiento animal en la selva... o en cualquier parte, no importa realmente. ¿Quién dice entreno aparte de ellas? ¿Un niño que aún no puede hablar bien? Morgana esperó en silencio mientras Jake las entretenía, pero después de dos minutos de larga e infitiva espera, rodó los ojos ante sus risitas tontas y tomó a Jake por el brazo. Él se disculpó mientras se alejaban. Cuando las perdieron de vista y siguieron caminando tomados de la mano, Jake se rió.

–¿Continuaremos el resto del camino así o planeas soltarme el algún momento? Yo no tengo problema con eso –añadió– podríamos hacerlo todo el tiempo.

Morgana - El Ángel Caído (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora