chapter III: part one - the beginning.

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Cayó al suelo y se tomó la cabeza, no sabía donde se encontraba. El pelirrojo miró a ambos lados y se dió cuenta que estaba en la casa de Stiles.

Se levantó del suelo y corrió hasta la puerta donde golpeó fuerte.
- ¡Ya voy, ya voy!

Stiles abrió la puerta y le observó confundido.
- Stiles...
- ¿Estoy soñando? - dijo mientras contaba sus dedos y se pellizcó el brazo.
- No seas payaso. Déjame entrar.

Stiles rió y le dejó entrar, una vez cerró la puerta, ambos se abrazaron.
- Sabía que vendrías pero no pensé que sería tan pronto.
- No sé que hago aquí, solo sé que tengo que ayudarte en algo.
- Pues... hay una situación extraña. - dijo el chico, mientras ambos iban a la cocina. - Una chica asiática llegó al pueblo, su padre es mi profesor y creo que Scott se enamoró de ella.
- Allison. - susurró.
- No, no es Allison, tú ya la conoces.
- No, que debo evitar lo que le va a pasar a Allison. Y a tí.
- ¿A mí? - dijo confundido. - Mitch, soy un zorro, nada puede pasarme...
- El nogitsune. - dijo. - Es un zorro oscuro.
- ¿Y tú dices que yo soy eso?
- No si puedo evitarlo.

Un trueno sonó en el cielo, dando aviso que iba a comenzar a llover.
- Llévame a casa de Kira.
- ¿Cómo...
- Ahora. - interrumpió.
- Está bien, está bien. - dijo el chico levantando ambas manos. - Déjame aviso a Peter y a Derek, tuvieron una pelea por las compras hace un rato y les dí una lista para que se detuvieran.

El chico tomó su celular y le marcó a Derek, sabía que el otro lobo no iba a responderle, porque había dejado su móvil en el cuarto.
- ¿Algo más que quieras agregar a la lista? - dijo Derek cuando contestó.
- Sí, trae más helado, Mitch acaba de llegar, tengo una misión que hacer.
- ¿Qué?, ¿tan pronto?
- Te explico luego.
- Ve con cuidado.
- Estoy con Mitch, nada malo va a pasar. Los amo. ¡Y dile al otro chucho pulgoso que lleve su maldito teléfono!
- ¡Lo siento, amor! - gritó Peter al otro lado.
- Nos vemos, y por favor, no tarden que papá me dijo que hay un tráfico horrible por el centro comercial.

Stiles colgó y vió que Mitch ya estaba en el jeep.
- ¿Cómo... ugh, idiota.

El chico cerró la puerta y se subió al auto, tomaron un atajo y llegaron a casa de la nueva chica. Mitch bajó rápido, seguido por Stiles.
- Te creció mucho el cabello.
- ¿Me veo mal?
- Nah, te ves bien.
Mitch le sonrió.
- ¿Quién va...

El pelirrojo abrió la puerta alzando una mano y entró.
- ¡Mitch!, no puedes...
- ¿Qué rayos...

La chica le quedó mirando a ambos muy asustada.
- Kira, lo siento, mi hermano no tiene modales.
- ¿Dónde está? - dijo el chico.
- ¿Qué?
- El nogitsune, ¿dónde está?
- No sé de que...
- Señor Stilinski. - dijo el señor Yukimura.
- El señor Stilinski es mi padre, yo soy Stiles. Bueno, ambos, ugh usted entiende.
- ¿Dónde está el nogitsune? - preguntó el chico haciendo brillar sus ojos en rojo.

El hombre le observó desconfiado.
- ¿Para qué...
- No voy a invocarlo, solo quiero destruirlo.
- Eso, joven, es imposible.
- Soy el ser más poderoso que existe en la tierra, más fuerte que un demonio de hace mil años.

La señora Yukimura bajaba las escaleras, observando la escena curiosa.
- ¿Es eso posible?
La familia se puso en posición de ataque, mientras que Mitch rodó los ojos. Stiles se alejó un poco.
- Mitch, no quiero lastimarlos. - susurró.
- No vas a hacerlo.

El chico alzó una mano y los tres se detuvieron inmediatamente.
- Gracias por la ayuda.

Mitch hizo teletransportarse a él, a Stiles y a la familia de Kira hasta el Nementon, donde la luciérnaga y la katana estaban enterradas.

El pelirrojo alzó la mano y con su poder, la desenterró.
- ¿Qué hiciste? - susurró el hombre.
- Los Oni vendrán.

Una figura que lucía casi como una momia se apareció ante ellos, junto a dos figuras más con el rostro cubierto en lo que parecía una especie de casco completamente negro.

- Vaya vaya, jamás creí que tendría el honor de verte en persona. - dijo en una voz casi tenebrosa.
- No vas a dañar a nadie. - dijo el chico flotando y con sus manos listas para atacar. - Ni a Stiles, ni a Kira. A nadie en todo el mundo.
- Parece que ya lo hice antes, ¿no es así?

El chico atacó atrapándole y levitándolo.
- ¿Últimas palabras?
- No puedes matarme.
- Claro que puedo.
El chico comenzó a gritar mientras el demonio se iba desintegrando poco a poco.
- ¡No! - gritaba mientras su voz se apagaba.

El cuerpo del demonio se volvió cenizas mientras se desvanecía completamente, dejando de existir. Los Oni aún estaban vivos y estos solo se mantenían arrodillados frente al chico.
- Van a cuidar de Stiles. - ordenó mientras alzaba una mano y los mantenía bajo su poder. - Van a protegerlo de todo mal, de cualquier persona o sobrenatural que quiera hacerle daño.

Estos se levantaron y se colocaron a un lado del chico, quien estaba pasmado viendo todo.
- En unos meses más, quizás un año, Theo Raeken volverá al pueblo.
- ¿Theo? - dijo confuso.
- Necesitan estar unidos. - dijo el pelirrojo observando a Kira. - Más unidos que nunca. Tú, kitsune, deberás hacerle entender al Alfa McCall.

La chica asintió segura, el chico dejó de flotar mientras los Oni desaparecían, ahora solo tenían una misión: Proteger a Stiles.

Todos volvieron a aparecer en la casa gracias a Mitch. El pelirrojo se despidió de la familia Yukimura y se subió al Jeep.
- Kira, ¿te puedo pedir un favor? - dijo el chico.
- No le diré nada a Scott, tranquilo.
- Gracias. - dijo sonriendo mientras la abrazaba, sorprendiendo a la chica, quien también le abrazó.

El chico se despidió y subió al Jeep encendiéndolo y manejando a casa.
- Van a ser buenos amigos. - dijo el pelirrojo sonriendo.
- Espero que así sea.
- No digas nada de lo que pasó ahora, ¿lo prometes?
- Lo prometo. Palabra de hermano.

Ambos se tomaron del dedo meñique y rieron. Llegaron a casa y lo primero que vieron fue a Derek y a Peter mirando un partido de basquetbol.
- ¡Ya llegué!
- Las cosas están encima de la mesa. - dijo Peter sin dejar de mirar la pantalla. - Hola Mitch.
- Hola Mitch. - saludó Derek también. - ¡No!, ese era un tiro seguro.
- ¡El helado está casi descongelado, chuchos pulgosos!

El chico tomó el control de la tele y la apagó, haciendo que los lobos se quejen.
- ¡Cállense los dos!, ahora van a ir a saludar a mi hermano como corresponde ¡y me van a ordenar las cosas en las despensas!

Mitch trataba de no reír mientras los lobos se acercaban a saludarlo.
- ¿Qué tal estás, cuñado hermoso precioso? - dijo Peter abrazándole y susurrándole. - Ayúdanos, Stiles está insoportable.
- ¡Te escuché! - le dijo apuntando con el palo de la escoba.
- ¿Qué tal, Mitch? - le dijo Derek abrazándole también. - ¿Qué te trae por acá?
Los cuatro fueron a la cocina, mientras Stiles se sentaba junto a Mitch, los lobos ordenaban la comida comprada.
- Estoy en una misión, solo estoy de paso.
- Tenemos el cuarto de invitados, por si quieres pasar un tiempo acá.
- No se preocupen, me iré en unos minutos. - dijo el chico sonriendo.
- No, quédate, por favor. - dijo Stiles tomando su mano. - No sabes lo mucho que te he echado de menos, al igual que papá. Los extraña a ambos.
- Es cierto, ¿cómo está el pequeño?
- Nate ha crecido mucho, ya puede controlar sus poderes completamente.
- Eso es impresionante. - dijo Derek terminando y sentándose frente a Stiles. - Nunca había visto algo como él.
- ¿Y ustedes no planean tener hijos?

Stiles se atoró con su propia saliva al oír eso, Peter rió y le dejó un vaso de jugo frente a él.
- Soy muy joven para ser padre, Mitch, no digas eso.
- Pero eventualmente tendrán un bebé. - dijo el chico guiñándole.
- A futuro, espero.
- ¿Vemos una película con helado? - sugirió Derek.
- Sí. - dijeron Peter y Stiles, mientras Mitch reía.
- Yo tengo que irme, pero prometo que Peter y yo les visitaremos pronto, ¿sí?
- Está bien, Mitch. No lo olvides. - dijo Peter abrazándole.

Mitch se despidió y Stiles fue a dejarle a la puerta.
- No olvides la promesa.
- Por supuesto que no lo olvidaré. - sonrió mientras le daba un abrazo de despedida. - Vuelve, ¿sí?
- Lo haré. - sonrió. - Quizás te vea en unos... ocho meses más.
- ¿Por qué tanto tiempo?
- Lo sabrás pronto. - rió el chico mientras abría un portal para luego caminar dentro de él y desparecer.
- ¿Ocho meses?, que raro. - dijo mientras negó y cerró la puerta.

deja vu (invisible string, vol. IV) - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora