chapter VIII

50 9 0
                                    

La ciudad de Nueva York estaba muy concurrida, llena de gente con sus rostros en sus teléfonos, algunos apurados para llegar a sus trabajos, otros simplemente, tenían planes.

Stiles tenía que ir a clases, así que, corría de aquí para allá, con su uniforme desordenado y con su mochila en un brazo. Su teléfono sonó y eso solo lo estresó más.
- ¿Quién?
- ¿Qué es eso?, ¿así tratas a tu mejor amiga?
- Lyds, lo siento, no encuentro mi laptop para la tarea de hoy.
- Sabes que tengo el respaldo del trabajo, ¿no?
- ¿Estás bromeando?, ¡ahora tengo que tomar un Uber!
- ¿Por qué no me llamaste antes?
- Porque no me acordaba.
- Ya, apresúrate que tengo mucho que contarte. - dijo la chica emocionada.
- Nos vemos. - dijo el chico.

El muchacho se miró una última vez en el espejo, arreglándose y salió de su cuarto. Sus padres estaban desayunando en la gran mesa, mientras Noah conversaba sobre política y algunos temas de trabajo, mientras que Claudia le seguía la conversación sobre temas de la clínica donde trabaja.

Stiles entró casi corriendo tomando solo una rebanada de pan y comiendola apurado.
- ¿No desayunas, hijo?
- No, ya voy muy atrasado. Los amo. - dijo el chico besando la cabeza de su padre y la mejilla de su madre.
- Nosotros también, amor. - dijo la mujer sonriendo.

Stiles tenía una buena vida, unos excelentes padres, amigos, popularidad, incluso fama.

- Aún no entiendo que hacemos aquí. - dijo Mitch, mientras su vestimenta cambiaba ahora a un uniforme exacto al de Stiles, mientras caminaba hacia el lugar.
- Yo tampoco, ¿somos el malo de la historia aquí?
- No lo creo. - susurró el chico. - Averigüemos que es lo que ocurre.
- ¡Stiles!, ¡aquí! - dijo un fotógrafo.
- Ay no, ¿somos famosos? - se quejó el chico.
- Solo ignóralos y apresúrate.

El chico comenzó a correr de los paparazzi, pero una limo se paró cerca de él.
- Hey, ¿qué haces?. - le dijo el Isaac de esta realidad. - Sube.

Mitch no lo pensó dos veces y subió respirando agitado.
- Son parásitos. - susurró el pelirrojo.
- Pensé que los amabas, después de todo, eres la persona más popular aquí en Manhattan.
- ¿Lo soy?
- Claro que sí. - sonrió el rubio, para luego apartar un mechón de pelo y acariciar su mejilla.
- ¿Qué haces? - preguntó el chico algo incómodo.
- ¿No puedo ver el nuevo look de mi novio?
- ¡¿Novio?! - gritó, haciendo que el chófer de la limusina frenara abruptamente.
- ¡Hey!, ¿qué pasó, Pablo?
- Un perro cruzó la calle abruptamente, señor.
- Ten más cuidado, por favor. - dijo el rubio, para luego mirar a Mitch. - ¿Qué pasa?, ¿estás bien?
- Sí, sí, ehhh, esto - dijo señalando su pelo. - es... ¡una peluca!, sí, quería intentar algo nuevo.
- Bueno, te queda bien. - dijo el rubio dispuesto a besarlo, pero el chico se apartó bruscamente. - Ya, ¿sigues enojado por lo de la fiesta de anoche?
- Ehhh, ¡sí!, sí, es eso. ¡Piensa en lo que hiciste!

El rubio iba a hablar pero ya estaban afuera de la gran escuela. Mitch tomó su mochila y salió corriendo del auto, mezclándose con la gente y cambiando su pelo como cuando tenía 17.

- ¡Stiles! - gritó una chica que no pudo distinguir bien.
- Ugh, genial, otra vez.

Stiles resopló y entró corriendo, se iba a dirigir a uno de los baños, pero chocó con el Derek de esta realidad.
- Hey, ¿viniste por más? - le dijo tomando su mano y entrando al baño cerrando con seguro.
- ¿Qué?
- Lo de ayer fue... muy corto. - acarició su rostro.
- Um... ¿Stiles?
- Stiles de esta dimensión tiene una aventura con Derek, pero... no sé, creo que él no quiere a nadie.
- O sea que solo me está utilizando. - dijo en voz alta.
- Claro que no, cariño.
- Tiene una cámara en su mochila grabando todo. - le dijo el ángel.

El chico gritó lanzándolo hasta los espejos, rompiéndolos a la vez.

- ¿Qué te pasa? - se quejó el mayor.
- ¿Qué te pasa a tí, idiota?, ¿grabándome sin mi consentimiento?, ¿qué?, ¿ibas a vender esas imágenes para arruinar el futuro de Stiles?
- ¿Por qué hablas en tercera persona? - dijo limpiándose el uniforme. - Además, tú accediste a hacerlo.
- No lo creo.

deja vu (invisible string, vol. IV) - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora