El padre de mi bebé _Namjin

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Su cabello era opaco, sus ojos ya no brillaban, su sonrisa es forzada. Pero ahí seguía Kim Taehyung, totalmente dispuesto a ponerle un poco de color a la nueva vida de su querido hyung. Haciendo lo mejor que podía, sonriendo y contándole chistes para así sacarle aunque sea una pequeña sonrisa, una pequeña pero real.

_ ¿Puedo? Por favor, también quiero hacerlo- Taehyung uso sus dotes en ternura le habló a la enfermera que empujaba la silla de ruedas en la cual Hoseok estaba sentado.

_ ¿Crees poder hacerlo bien?

_¡Claro que sí! Así usted puede ir a realizar sus otras cosas importantes... Mi hyung debe pasar un momento en que no recuerde su rutina de hospital, ¿verdad, hyung?- Caminó un par de pasos para buscar la mirada de Hoseok.

_ Claro, Taehyung puede guiarme hasta el patio del hospital

_ Bien, pero yo volvere por usted para llevarlo hasta su habitación. Taehyung, cuidalo mucho, porfavor.- La enfermera hiso una reverencia y se retiro sin más. Cuando esta ya no estuvo dentro del campo visual de Taehyung este sonrió en grande y con un movimiento muy rápido se puso en la posición correcta para poder manipular la silla de ruedas.

_ ¿Qué pretendes hacer, pequeño?

_ ¿Velocidad máxima hyung?- Sus pequeñas manitas se aferraron al respaldo de la parte trasera, la cual te permitia poder dirigir la dirección en la que querías que la silla vaya.

¡¿Qu- El pobre Hoseok no pudo terminar de hablar cuando ya se veia impulsado por un energético Taehyung.

_ ¡Agarrece fuerte hyung!- Dijo mientras corría a una velocidad prudente para el resto de personas en el mundo, pero a una velocidad digna de Mcqueen para el adolorido cuerpo de Hoseok, por lo cual, está demas decir que le sacó un gran susto.

Llegaron al patio, ambos jadeantes, uno por el gran esfuerzo físico que hiso para poder acarrear un cuerpo que le doblaba en tamaño y peso, y el otro por lo asustadiso que estaba todo su ser. Al darse cuenta de esto, Taehyung abrió en grande los ojos. Su hyung era alguien muy asustadiso. La mayoría de veces le daba miedo hasta su propia sombra, el quería sacarle una sonrisa, no darle sustos que lo calaran hasta los huesos. Con pasos temerosos se fue colocando dentro del campo visual de Hoseok, se mordió los labios y tomo sus manos para juguetear entre ellas, actos que hacía cada vez que se encontraba nervioso.

_ Hyung, lo siento. No quise asustarlo... Yo, solo quería que usted sonriera mucho... Como antes hyung, porfavor... Perdóneme...- Bajó la cabeza con las mejillas sonrrojandosé de verguenza.

Iba a continuar en esa posición, de no ser que escuchó unas lijeras risitas provinientes del chico sol. Con los ojos abiertos como platos, alsó la vista y se encontró con la imagen más hermosa del mundo. 

Hoseok riendosé lijeramente, tapandose la boca con el dorso de la mano. Mientras que un cálido rayo de sol alumbraba lijeramente la parte de su cara.

_Está sonriendo... Está sonriendo hyung- El niño seguía con los ojos tan abiertos que hasta por un momento dejo de parecer asiático.

_ Siempre volveré a sonreir- Dijo y acompañó con una linda sonrisa landina.

_ Claro que sí... Ya verá, en unos cuantos meses, usted se sanará y juntos volveremos a casa.

_ Así será pequeño...

Lastimosamente, lo unico que se alteraba era el tiempo, que avanzaba sin frenar. Era tan triste ver como el estado de Jung Hoseok empeoraba a unos pasos muy acelerados. Era algo que te entristecia, pero lo que más te deprimía era ver el estado mental del pequeño Taehyung, que tambien empeoraba al darse cuenta que nada estaba mejorando. Su pequeño corazon se destrozaba al ver el estado físico de su hyung. Aun así, trataba de verse tranquilo y mejor dedicarse a animarlo. Pero un día simplemente no pudo más