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Capítulo 4

Sukuna estaba completamente maravillado pues de cerca el rostro de Megumi lucía más hermoso y no solo eso, el aroma similar a nardos que emanaba del chico lo tenía atrapado allí, el sabor metálico impregnaba su boca pero estaba más concentrado en acariciar la palma de su mano, dedos largos y masculinos pero comparados con los suyos eran más delicados.

Otra cosa que le sorprendió fueron sus mejillas sonrojadas ¿Sabría Megumi lo hermoso que ese rubor lo hacía ver? Sus ojos azules lo contemplaban con confusión y sorpresa cosa que a Sukuna le alegraba de cierta manera, quería decir que a Megumi no le molestaba su contacto.

— Oye Fushiguro Megumi.

— Megumi o Meg está bien — contestó el chico de ojos azules apartando la mirada.

Sukuna sonrió ampliamente, se levantó y luego le ofreció la mano a Megumi para ayudarlo a levantarse sin soltarlo lo guío hasta el fregadero donde abrió la llave dejando que el agua corriera sobre ambas manos pues Sukuna sujetaba con suavidad el dorso de su mano.

¿Por qué se sentía tan atraído por Megumi? Nunca antes le había llamado la atención un hombre y ahora allí estaban, no sabía que pensar en ese momento, completamente hechizado por el batir de sus largas pestañas, de ser mujer esas pestañas serían ilegales, en realidad todo en Megumi Fushiguro ¿Cómo podía ser tan devastador? fijó su vista en el rostro de Megumi que apartó la mirada, ahora parecía estar más rojo que antes.

"¡Lo estás asustando!"

¿Y a quien no? Él mismo conocía la intensidad de su mirada, ya se lo habían dicho miles de veces pero era casi imposible apartar la vista.

Cerró la llave y tomó un paño limpio de la pila de ellos que habían a un lado, con cuidado envolvió la mano del chico que seguí sin decir una sola palabra.

— ¿Megumi? — lo llamo

Inmediatamente se giró centrando sus hermosos ojos azules en él. Sus ojos sinceramente lo hacían sentir débil y anhelante.

—Lo siento, estoy bien — contestó con una sonrisa incómoda — de verdad, no me duele ni nada, solo estoy algo distraído.

Y nervioso, podía notarlo en la manera en lo que centraba su vista en él y luego desviaba la mirada, soltó la mano de Megumi dejando el paño a un lado y busco en una de las gavetas inferiores hasta dar con una caja de tiritas sanitarias tomo una de ellas y volvió acercarse al chico.

— Dame tu mano — pidió extendiendo la de él.

— Estoy bien Sukuna, no es necesario… — Fushiguro trató de alejarse.

Sukuna tomó su muñeca y lo atrajo hacia él de un rápido movimiento, lo dejó a Megumi entre la barra y su cuerpo.

— Tranquilo no muerdo

Megumi respiraba con dificultad y le sudaban las manos, no entendía porque la cercanía de Sukuna lo alteraba tanto, sabía que no se debía al hecho de que fuera hombre tal vez se debía a su fuerte presencia parecía dominar cada espacio en el que entraba, se notaba su confianza en sí mismo, tenía una mirada sensual e intensa, además de ser endemoniadamente atractivo aunque su mirada seguí pareciendole vacía ¿Se sentiría solo?

— Oye, espacio personal — Exigió colocando una mano en su pecho para alejarlo.

El calor de su piel quedó grabado a fuego en su palma, el azul mar de su mirada se perdía en el intimidante color rubí de sus ojos. Un rojo como la sangre o tal vez como el fuego, la pasión, la fuerza, temperamental.

Infamous || SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora