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toru piensa que las estrellas en argentina son más brillantes que en japón, especialmente en la playa, mientras respira lenta y profundamente para calmar sus nervios.
en realidad, no recuerda la última vez que se sintió tan inquieto. la fiesta a sus espaldas vibra con risas estruendosas que parecen flotar desde la entrada de la tienda de campaña.
las celebraciones anuales del equipo argentino jamás habían sido una experiencia desapercibida, a pesar de que él tratara de mantenerse tranquilo y relajado.
el frío exterior de la pequeña caja frota contra su palma, y las olas fluyen con el ritmo de su respiración.
sumido en sus pensamientos, no te escucha cuando te escabulles en silencio por detrás. "¿toru?" lo llamas, y él salta al instante, girando de manera abrupta para ocultar el contorno de su bolsillo trasero.
"¡(...)!" toru sonríe con energía mientras te abrazas a ti misma para protegerte de la brisa marina. "todos empiezan a sospechar que me dejaste." observas cómo cambia su postura de manera incómoda.
— uh, claro... solo dame un segundo.
más tarde, mira hacia el horizonte deslizando una mano en su bolsillo, y te acomodas a su lado, apoyándote en su hombro. "¿estás bien, amor?" tu pregunta se ve amortiguada por el sonido de las olas rompiendo en la orilla.
"por supuesto." se vuelve hacia ti, sonriendo con una ternura y suavidad renovadas. "estás aquí, así que dime, ¿cómo podría no estarlo...?" sus ojos brillan con una extraña chispa.
"bueno." dices, ignorando el rubor natural que embellece tus rasgos. "pero sinceramente..." te alejas un poco para observarlo mejor. una mano recorre su cabello.
— has estado un poco distante últimamente.
"¿eso crees, cielo?" pregunta, dejando un suave beso en tu mejilla como forma de disculpa. "creo que deberíamos volver a la fiesta antes de que se pregunten dónde estamos."le ofreces una última sonrisa antes de regresar a las luces y la multitud.
— en realidad... deseo que este momento sea solo para nosotros.
su voz suena tranquila, aunque un tanto distante. "¿este momento?" repites, y entonces lo ves, a la luz tenue de la luna, de rodillas. te acercas a tu chico, quien sostiene una pequeña cajita negra con un anillo reluciente en su interior.
— no es solo la fiesta de inicio de temporada, sino que se suponía que sería... ¿nuestra fiesta de compromiso?
toru se sonroja un poco, y antes de que puedas reaccionar, comienza a hablar rápidamente.
"fue idea del equipo y yo estuve de acuerdo. de hecho, vine aquí para... ¿prepararme, supongo? iba a proponértelo allí con las flores, las luces y todo eso, pero..." estás tan cerca de su rostro que puedes ver el amor y los nervios en su mirada.
"pensé que esto te gustaría más..." concluye, y hay un breve momento de silencio antes de que sus ojos se agranden. "oh, claro..." dice, enderezándose sobre su rodilla para mantener el equilibrio.
— (...)... ¿te casarías conmigo, cariño?
las lágrimas caen por tu rostro con facilidad, sacándote de tu estado de shock. por un momento, toru teme haber cometido un grave error. tal vez no quieres casarte con él, o... ¿la distancia estaba resultando demasiado difícil y preferías romper?
intenta decir algo, pero tus labios se posan sobre los suyos en un beso apasionado. "¡por supuesto que sí! lo haré, toru... por supuesto que me casaré contigo." la emoción te inunda y por un instante sientes que te ahogas.
hay lágrimas en tus ojos mientras él busca con ternura el anillo y lo desliza suavemente en tu delicado dedo. la luna es el testigo silencioso de este momento increíble y romántico, ese pequeño espacio en el tiempo que permanecerá por siempre en sus corazones.
el beso sabe a sal por el llanto en tus mejillas, a calor, a olas del mar, a la luz de la luna y a las estrellas.
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