oikawa one shot | un nuevo padre
genre: fluffy content.
nro. palabras: +1.0k➯ ¡ spoilers posteriores al timeskip, no !
visitar japón es algo que no sucede muy a menudo.
generalmente, tu pequeña familia de tres lo hace una o dos veces al año, y solo por petición de los padres de tu querido esposo.
de hecho, toru había educado a su hijita para que aprendiera español, japonés e inglés, todo en uno (aunque a veces eso resultara en una extraña mezcla de esos idiomas juntos).
la primera vez que estuvo con sus abuelos, les habló en español, antes de reconocer que obviamente no la entendían. luego, cambió al inglés y cuando eso tampoco funcionó, sabía que era hora de usar su confiable japonés intermedio.
ahora, con poco más de tres años, ella comete ese error con menos frecuencia, balbuceando en japonés mientras se acercaban a un gimnasio en tokio.
ese día soleado, toru había insistido en levantarse temprano en la mañana para practicar, a pesar de no hallarse en temporada ese mes.
le bajas el sombrerito a tu pequeña alrededor de las orejas mientras finalmente ingresan en el edificio. sin embargo, la acelerada ráfaga calórica hace que intente escaparse de la calidez de tus brazos apuntando hacia la entrada.
— está bien, bebé... vamos, cálmate.
y, cuando llegan al lugar, apenas puedes retenerla el tiempo justo para quitarle el abrigo antes de que se escabulla presurosa persiguiendo a su padre en la espaciosa cancha.
a lo lejos, observas a iwaizumi golpear la pelota con tanta fuerza que aterriza con una velocidad decisiva en el lado opuesto, ligeramente dentro de la esquina izquierda.
más tarde, antes de que toru pueda hacerle un lanzamiento a su antiguo as, siente unos bracitos envolverse alrededor de su pierna y un llamado en forma de lloriqueo.
sostiene la pelota (perfectamente por encima suyo), antes de volverse para levantarla. "princesa..." lo oyes decir en un terrible intento de regaño.
— no corras así, podrías lastimarte, amorcito...
— ella aprendió eso de ti.
dices apareciendo tras él. iwa sonríe y se acerca para darte un abrazo. "¡(...)!, no sabía que vendrían..." te encoges de hombros viendo a tu retoño que aún permanece colgada en el cuello de su padre.