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él no levanta la vista de su escritorio mientras te desplomas dramáticamente en su cama, con el brazo cubriéndote los ojos.
— ¡no puedo creerlo! siempre me están jugando alguna broma.
no puedes dejar de quejarte, mientras oyes a tsukki pasar una página de su libro de texto y continuar tomando notas. sabes que tus amigos tienen buenas intenciones, pero a veces el aprovecharse de tu naturaleza confiada logra ponerte los nervios de punta.
te acomodas en tu asiento y fijas la mirada en la nuca de tu novio, antes de que exhale profundamente y voltee para mirarte con una sonrisa ladeante. "¿en serio les creíste?" comenta con sarcasmo.
— vamos, (...). sé que puedes ser ingenuo, pero no pensé que llegarías a ese extremo.
tsukki te observa con una expresión de desdén, mientras le respondes con un puchero y le muestras tu mejor mirada de cachorro. el intento burlón de tu novio por levantarte el ánimo claramente no está surtiendo efecto.
de hecho, solo parece empeorar tu estado de ánimo.
cruzas los brazos y le apartas la mirada, buscando mostrar tu descontento de manera evidente. un breve silencio se apodera del ambiente antes de que lo oigas levantarse de su silla y dar dos pasos, deteniéndose frente a ti.
— oh... ¿ahora estás molesto conmigo?
murmura, intentando captar tu atención. todavía no estás listo para enfrentar su mirada. en cambio, tus ojos se clavan en la pared, donde su uniforme de karasuno cuelga pulcramente de la percha.
"no estoy molesto." afirmas, pero tsukki parece doblegar tus defensas y mirar a través de ti. luego, suspira y se acerca mientras toma delicadamente tus manos.
"mira, entiendo que eres demasiado..." "estúpido. ingenuo. crédulo." le proves algunos sinónimos, y tsukki suelta una risa audible, interrumpiéndote antes de que continúes denigrándote a ti mismo.
— si fueras realmente estúpido, no estaría saliendo contigo.
el chico habla con un tono bastante serio mientras se sienta a tu lado en la cama y toma tu mano entre las suyas. "siendo honestos, esa fue una de las razones por las que decidí salir contigo." sus labios rozan suavemente tu sien y, finalmente, decides enfrentarlo.
no te das cuenta de que estás derramando lágrimas de frustración hasta que sus dedos acarician gentilmente tus mejillas. cuando finalmente le regalas una pequeña sonrisa, tu novio parece satisfecho. se levanta y regresa a su escritorio.
— ¿me dejas trabajar ahora?
pregunta, aunque en realidad, no está del todo concentrado en su libro de texto. te observa de reojo mientras sonríes y le lanzas una almohada.
se frota la nuca, intentando enviar una mirada de decepción. sin embargo, no puede evitar que una sonrisa se asome en sus labios tan pronto como devuelve su atención a su libro.
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