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oikawa tooru no es más que un juego para ti. aunque él puede no ser consciente de ello, tú sabes perfectamente hacia dónde se dirige esta relación.
el chico llamó tu atención unas semanas atrás, siempre rodeado de sus más leales admiradoras, convirtiéndolo en el objetivo perfecto de difícil acceso. ahora, mientras el talentoso setter te arrastra hacia la sala del club, su aliento cálido roza tu cuello y sus manos ansiosas rasgan tu ropa.
no, piensas: esto no es como deberían funcionar las cosas.
de pronto, te inclinas hacia adelante, aferrándote firmemente a sus muñecas. tooru se detiene y te observa con una notable confusión. sus ojos marrones reflejan una expresión que encuentras estimulante.
en el instante en que intenta continuar, le hablas con una voz suave pero autoritaria. "tooru, no esperas que esto funcione, ¿verdad?" lo observas retroceder ligeramente, deslizando una mano por sus rizos castaños. muerdes tu labio inferior mientras comenta con indiferencia.
— ¿qué pasa, no quieres? realmente parecía que sí. si no lo haces, no me importa.
solo porque le hayas lanzado algunos pucheros y enviado algunas fotos sugestivas, ¿acaso pensó que podía hacer esto cuando quisiera?
en un movimiento ágil, las posiciones se invierten, pronto, se encuentra contra la pared y tus brazos lo mantienen en su lugar. ahora está claro que no tiene idea de lo que está sucediendo ni hacia dónde se dirige.
"¿haces esto con muchas chicas? ¿mmm?" le preguntas desafiándolo, sin apartar tus ojos de los suyos ni un momento. tarareas suavemente contra su garganta, sintiendo la vibración mientras lucha por articular una palabra.
"ah, ¿qué... quieres decir?" balbucea.
— ya sabes a lo que me refiero. algunas palabras bonitas y...
murmullos mientras dejas besos desordenados hacia arriba. la boca de tooru se seca. "¿esperas que caigan rendidas por ti?" continúas moviéndote lentamente hacia sus labios. "¿algunas sesiones de besos siempre que te plazca?" ahora has tocado un nervio.
es exactamente lo que deseas: que esté pendiente a cada una de tus palabras.
tooru se inclina hacia adelante, desesperado por establecer una conexión con tus labios.
cuando finalmente se besan, sus manos se deslizan con destreza y sus dedos exploran con suavidad, vagando con toques ligeros. tus propias manos, ahora están enredadas alrededor de su cuello, pronto se pierden en el camino a su cabello, entrelazándose con sus mechones cafés.
te mueves con una intensidad casi salvaje, dejando un rastro de marcas profundas, desde el primer mordisco en su hombro, que rápidamente se torna de un rojo intenso, hasta volverse azul y negro.
sin embargo, tan pronto como percibes que se vuelve demasiado vulnerable, te alejas.
él intenta atraparte mientras tú retrocedes, ajustándote la camisa y arreglando el desorden de tu uniforme escolar con manos expertas. has experimentado esta situación tantas veces que casi te resulta automático, y en ocasiones, otros chicos están tan cerca de ti que casi rompen tu blusa.
tooru te observa atentamente mientras te arreglas frente a un espejo cercano, y lentamente intenta imitar tu ejemplo. levantas una ceja y te ríes suavemente al ver cómo se ajusta la camisa torpemente, tratando de ocultar la marca que le dejaste.
más tarde, cuando te diriges hacia la puerta, él pronuncia tu nombre, casi como una reflexión tardía.
— (...), ¿podemos... podemos...?
simplemente sacudes la cabeza mientras esbozas una sonrisa dulce y tentadora. "¿podemos hacer esto de nuevo?" solo alzas una ceja y lo dejas sin aliento, con los ojos muy abiertos, como ya has hecho con tantos otros antes.
— ya veremos...
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