Libertad y compromiso

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No me quiero comprometer con nada porque siento que así me estaré arrebatando la libertad. Pero, ¿por qué pienso que el compromiso es una prisión? Cualquier compromiso puede terminar cuando nosotros queramos, no estamos acorralados. El compromiso es una decisión, no una obligación impuesta. La misma palabra lo dice; es uno el que se compromete. Si te comprometes es porque quieres cumplir algo, y para eso utilizarás tu libertad. La única diferencia es que esta liberad tendrá horarios y quizá algunas condiciones, que simplemente estarán para que tengas un orden, no para aprisionarte. De hecho, quizá una definición más cercana a libertad que la de "hacer lo que se quiere cuando se quiere" sea la de "tener la capacidad de llevar a cabo nuestras decisiones", la cual respalda la idea de que el compromiso no aprisiona, pues el que se compromete quiere demostrar que puede llevar a cabo su decisión.
El conflicto aparece cuando la libertad inmediata y la libertad comprometida chocan (por ejemplo, cuando el deseo de jugar videojuegos choca con el compromiso de dibujar), es entonces cuando uno le da prioridad a la libertad inmediata y considera una prisión a la libertad comprometida. Pero, en realidad, las dos siguen siendo libertades, ambas son posibles decisiones propias que podrías llevar a cabo. No te sientas mal, haz lo que quieras. Que te den ganas de jugar videojuegos en un tiempo en el que habías planeado dibujar, no quiere decir que dibujar ya no te importe, ni que estés obligado a dibujar y que por lo tanto dicha actividad te arrebate tu libertad. Recuerda que tomaste la decisión de comprometerte a dibujar porque te gusta. Lo importante es que hagas las cosas porque te gustan, así que si tienes ganas de hacer otra cosa no hay problema, pero recuerda que por algo te has comprometido.

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