Preguntarse sobre el presente (2)

30 1 0
                                    

Creo que nuestra manera de vivir sería muy diferente si en lugar de hacernos preguntas respecto al pasado y el futuro, las hiciéramos mucho más respecto al presente. Por ejemplo, en lugar de preguntarnos, ¿cuál fue el origen? ¿por qué fue así el origen? ¿cuál será el final? ¿por qué será así el final?, preguntarnos ¿por qué estoy aquí? ¿qué deseo ahora? ¿qué puedo hacer ahora? Y más importante, ¿cómo podría relacionarme con los demás? Porque si existimos es en relación a la existencia de otros: yo existo porque tú existes; yo soy yo porque tú eres tú; yo soy este algo porque ese algo es otro algo. Es crucial pensar, por lo tanto, ¿qué me rodea? ¿quién me rodea? ¿cómo me afecta su presencia? ¿cómo se siente esa persona? ¿cómo me gustaría relacionarme con esa persona?

Si nos preguntáramos asuntos cruciales en presente nos motivaríamos más a la acción, por el simple hecho de que sólo podemos actuar en el presente. Ya no sufriríamos tanto, porque quien está en acción es poco lo que sufre. El sufrimiento viene de pensar demasiado, más que nada en el pasado y el futuro. Según yo encontré la respuesta al cómo fue el inicio y a cómo será el final, al por qué de todo. La respuesta quizá no sea ni buena ni mala, pero a mí no me resulta alentadora. Sin embargo, ¿de qué me sirve haberme hecho esa pregunta, haber obtenido esa respuesta, si no está directamente relacionada a mi presente? Más bien debí haberme hecho la pregunta de ¿por qué estoy aquí? ¿qué quiero hacer? ¿qué puedo hacer? ¿cómo lo puedo hacer? Porque lo único que importa es mi presente, lo que siento ahora, lo que hago ahora. ¿Qué importa si obtengo una respuesta existencial relacionada al pasado o al futuro, si no tengo la respuesta a mi presente? Está bien pensar en el pasado y el futuro para reflexionar, para enderezar el presente, pero vivir en ellos no nos lleva a ningún lado. En lugar de pensar ¿qué pasará? sería mejor pensar ¿qué puedo hacer ahora para que eso pase? O, en lugar de ¿por qué se fue?, pensar más bien ¿cómo es que su partida me afecta? ¿por qué me afecta? ¿qué puedo hacer para que ya no me afecte? Es decir, siempre pensar en el pasado o el futuro pero relacionándolos con el presente.

Cambiar el lenguaje del pensamiento de pasado y futuro a presente implica un gran cambio de percepción. El simple hecho de pensar ¿qué puedo hacer ahora? ¿qué hay a mi alrededor? ¿qué sucede a mi alrededor?, después de horas de haber pensado en el pasado y el futuro, hace que la concentración cambie rápidamente de objetivo y nuestro ánimo cambie también. Nos ponemos atentos e ingresamos a una dimensión espectacular, similar a la que experimentábamos cuando éramos niños; así de brillante y lúcida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que si a veces resulta tedioso u aburrido enfocarse en el presente, es porque se le está intentando ver con ojos de pasado y futuro, es decir, con la intención de seguir pensando en el pasado y el futuro. Para que realmente haya un "click", el presente debe ser visto con ojos de presente.

ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora