Capitulo 2

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Capítulo 2

Comenzar mi día sintiendo a mi hija saltando en mi cama era molesto. Mas cuando terminaba cayendo sobre mi panza.

- Bueno muchacha er' coño, ¿Qué vaina te pasa? ¡Quiero dormir! -eso era como gasolina para su motor-

- A levantarse mami. Ya es hora -perezosamente observe el reloj-

- Ven acá -la tome de la cintura y la abrace fuertemente a mí-

- Pero mami...

- Ssssshhh -le dije para que se callara. Mientras la apretaba más a mí-

- Mami...

- Sssshhhh -la abrazaba sujetándola de los brazos-

- Ma... -hacia fuerza para zafarse de mí, mi agarre se intensificaba- MAMÁ! - su grito chillón me hizo soltarla un poco-

- Cinco minutos más -le dije liberándola-

- No, no, no a levantarse. -su pequeña voz quería sonar firme-

- Ah Dios, ahora los pájaros les tiran a las escopetas. -ella entre cerro sus ojos, alejándose de la cama-

- -rápidamente me levante y la abrace dándole besos- ¿Qué quieres hacer tan temprano? -bese su mejillas- ¿Por qué has ignorado en ocho años que yo sufro de sueño? -le hice cosquillas-

- Te prepare desayuno -respondió en medio de risas-

- Y, ¿Entonces? -la solté- ¿Qué quieres? -vi sus ojos marrones- yo no tengo dinero.

- A mí no me importa, porque mi abuela me dio. -dijo sacándome la lengua antes de salir corriendo de la habitación-

No me quedo otra opción que levantarme para ir a laborar. Aunque para ser sincera no tenía ganas de nada, rascando mi cabeza me dirigí a la cocina donde mi hija, terminaba de servir una taza de café.

- Toma madre de mis entrañas. -la mire con una mueca-

- De mis entrañas eres tú, enana, -acepté la taza y lo probé- Uy, ¡Coño! está caliente.

- Claro, la próxima te lo preparo con hielo. -sonrió mientras comía su pan con queso y margarina- aquí tienes tu desayuno.

- ¿Es en serio? -vi el pan- ¿Tú pretendes que yo me voy a jartar con esto? -me observo desde la mesa leyendo un libro- prepara si quiera tres más, y les pones lechuguita, tomatito, cebollita. -colocaba mis manos una encima de la otra, para fingir que era la torre que esperaba de desayuno- con jamoncito, aguacatito y una taza de café con leche. Y solo así. Hago lo que sea que me vayas a pedir, porque lo sé, nada de esto es de gratis.

- -la niña dejo el libro aun lado y tomo de su jugo- no te prepare nada más, porque sólo quiero que me lleves a la escuela -levantó una ceja- y llevarme a la escuela se supone debe ser gratuito. Soy tu hija.

- Pero -Sonreí mientras tomaba café- si me preparas otro te voy a buscar.

- Ah, ¿sí? -esta muchachita parecía un tonto adulto- soy tu hija, tú deberías alimentarme a mí, que estoy en pleno desarrollo, no al revés.

- Pero bastante que te alimente. Mira como tengo las tetas -me agarre el busto- todas chupaita por tu culpa. Es tu turno de alimentarme.

- Anda arréglate mamá, debo llegar temprano. -me contesto antes de ir a peinarse- y no sueñes con dejarme ir con la abuela, hoy tuvo que ir al médico. Así que no tienes opción.

Nunca más estarás solaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora