Capítulo 3

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Narra Ilaria

Despierto al rededor del medio día, no debí haberme quedado despierta hasta tan tarde, me levanto de la cama y me doy una ducha rápida, me pongo una falda negra corta y una blusa blanca de mangas cortas, no decidí ponerme zapatos porque a fin de cuentas no tengo la menor intención de salir de este lugar

Cuando me siento en el borde de la cama el sonido de la puerta hace que me levante de golpe, ¡Alice ya debió llegar!

Abro la puerta de inmediato y me topo con el padre de mi amiga en vez de mi amiga

—Pensé que querrías almorzar, esta mañana no saliste a desayunar—Dice en tono de ¿Reproche?

—Lo siento es que acabo de despertar—Respondo sin pensar

Al instante de decir esas palabras me arrepiento, prefiero que piense que me salto las comidas a que soy una holgazana que se despierta después de las 12, levanto la mirada para observar su expresión y noto que me mira divertido

—¿Vas a querer comer algo?—Pregunta

—Si señor—Respondo

Salgo de mi cuarto y cierro la puerta a mi paso, camino con él hacia el comedor y de inmediato reconozco el olor a bistec

—¿Quién cocinó?—Le pregunto después de tomar asiento

—Yo—Responde orgulloso

No creí que él cocinara

El hombre me sirve un plato con lo que parece ser un bistec en su punto, si eso sabe como huele y se ve, yo jamás me mudaré de esta casa

—¿Y Alice?—Pregunto con curiosidad

—Me llamó hace un rato, dice que ya está en camino—Responde

Me encanta la relación que tiene Alice con su papá, mi mamá para dejarme quedar en casa de unas amigas llamaba a cada rato a sus madres para cerciorarse que estuviera con vida

Le doy mi primer bocado al bistec y si, si sabe tan bien como huele.

—Cocina usted muy bien señor—Le digo con amabilidad antes de llevar otro trozo a mi boca

—Ya sé que estoy viejo, pero no tienes por qué decirme señor—Dice en tono demandante

—Si señor—Respondo de forma inconsciente

Esta vez él ríe de forma sutil

¡Hasta su risa es sexy!

Alice entra por la puerta con los tacones en las manos y nos saluda muy alegre

Se nota que le fue muy bien

—Buenas tardes papi, buenas tardes Lili—Me dice

—No me vuelvas a decir Lili—Advierto sin borrar mi sonrisa

Alice toma asiento con nosotros y se sirve un poco de comida, comenzamos a conversar los tres de su fiesta

—Sabes, nunca la había pasado tan bien como en aquella fiesta en Cancún—Me dice

Río al recordar ese día

—¿Cómo puedes decir eso?, si ni te acuerdas de nada—Bromeo

Aunque no es falso

—Sé que fue una fiesta increíble si al día siguiente amanecí tatuada—Dice

Ezra pone una expresión de sorpresa en el rostro

—¿Tienes un tatuaje?—Le pregunta serio

—Si, pero uno pequeñito—Responde fingiendo inocencia

El padre de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora