Narrador omnisciente
Ilaria despertó con un fuerte dolor de cabeza, se remueve pesadamente en la cama y alcanza su celular, cuando ve la hora se alerta al notar que eran las dos de la tarde, la chica se levantó de la cama y se dió una larga ducha, recogió su cabello en una coleta, se puso un camisón de seda y salió de su habitación.
—¡No volveré a tomar jamás!—Exclama para sí misma
Al llegar a la cocina apoya su cabeza sobre la encimera de la isla y casi de inmediato aparece Ezra, Ilaria le sonríe sin despegar su rostro de la encimera
—Hola ilaria, ¿Cómo estás?—Le saluda serio
—Me duele un poco la cabeza—Contesta ella sin siquiera mirarle
Erza nota la naturalidad en la que Ilaria le hablaba y se confunde, ¿Se acordará acaso de lo que pasó anoche?, pensó.
—¿Resaca?—Pregunta intrigado
La chica asiente y por primera vez desde que Ezra entró en la habitación le mira a los ojos, al hacer esto todas las imágenes de la noche anterior llegaron a su mente, su casi beso, el momento que compartieron en su habitación, intentó disimular su expresión lo más que pudo y le sostuvo la mirada
Sintió una pequeña punzada en el corazón al recordar las palabras de Ezra, "Eres solo una niña"
¿Eso era lo único que pensaba de ella?
¡Le quería mostrar que no era precisamente una niña!, pero debía pensarlo muy bien, no quería empezar a jugar con fuego y terminar quemada, debía ser sutil
Ezra le extiende un analgésico y un vaso con agua, Ilaria lo toma inmediatamente ante la mirada del hombre
—Noté que eres muy poco tolerante al alcohol—Le dice
—Lo sé, lo peor es que no me acuerdo de nada—Miente de forma descarada
—¿No te acuerdas de nada?—Le pregunta Ezra intentando ocultar su sorpresa
Él sentía ¿Decepción?, ¿Realmente esperaba que recordara lo sucedido?, en el fondo quería atreverse a ir más lejos aunque tuviera fuertes motivos para evitar hacerlo, no podía dejar de sentir culpa por querer besar a Ilaria aunque no lo hiciera
—¿Quieres algo de comer?—Le pregunta—No has comido nada en todo el día
—No tengo hambre—Le responde Ilaria
—Tienes que comer—Dice en un tono demandante
Sorprendentemente esa situación le dió la idea que necesitaba para intentar hacer que él no le viera como una niña sin la necesidad de ser indiscreta
Ezra le sirvió un plato con papas a la francesa y bistec
—¡Amo las papas!—Exclama emocionada
—Lo noté—Bromea
Después de comer Ilaria se dirige al cuarto de su amiga Alice
—¡Ey!, ¡No moriste!—Dice la rubia apenas le ve
—No grites—Le pide—Me duele un poco la cabeza
Alice ríe
—Quería proponerte un plan—Le dice Ilaria
—Cuéntame
—¿Vamos a de compras?
—No puede ser, Ilaria Maria González ¿Quiere ir de compras por su propia voluntad?—Exagera la rubia
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El padre de mi mejor amiga
RomanceIlaria es una joven mexicana que el destino, o más bien su mejor amiga llevó a los Ángeles para darle un rumbo nuevo a su vida, más no recibió el giro que buscaba Ceder ante la pasión no siempre es bueno y a Ilaria le tocará aprenderlo a la mala Po...