El padre de mi mejor amiga

Epílogo

Narra Ilaria 

Me recuesto en el barandal de la terraza mientras observo todo lo que sucede a mí al rededor, el movimiento que hay en la casa es increíble, las personas encargadas de la decoración van de un lado a otro trabajando bajo el sol para tenerlo todo listo para el cumpleaños de Paula

—¡Mami!, estoy aburrida, ¿Cuándo vamos a jugar?—Pregunta mi pequeña hija llamando mi atención

—¿A qué quieres jugar?—Le pregunto arrodillándome a su altura

Sus hermosos ojos cafés se posan sobre los míos mientras se tintinea de un lado a otro suavemente

—Quiero que vayamos a investigar que hace papi—Responde tras mucho pensarlo

—Pero eso ya lo sabemos Paula, papi está trabajando en su estudio—Le respondo tomándola entre mis brazos

—Si, pero yo fui a verlo y no me dejó pasar porque dijo que tenía una sorpresa

—¿Una sorpresa?—Pregunto interesada

—Si, una sorpresa—Responde con complicidad—¿Vamos o no?

Asiento y la niña me guía hasta el interior de la casa, a pesar de sus pocos cuatro años de edad es una niña bastante astuta e inteligente, cautivadora, curiosa y muy dulce

—Pero él no se debe dar cuenta mami, porque entonces no sabremos—Me advierte

Abre la puerta con bastante suavidad y entramos en la habitación que Ezra convirtió en su estudio y pese a nuestros esfuerzos este se distrae posando su vista en nosotras.

—¡Hola papi!—Saluda mi pequeña con bastante ternura

Pequeña manipuladora hemos criado

—¿A qué se debe el honor de tenerlas aquí?—Pregunta Ezra dejando sus papeles sobre una gran mesa de madera

—Hola, cariño, pasamos a saludarte—Respondo

Mi hija de cuatro años miente mejor que yo

Ezra me mira con una ceja arqueada y posteriormente ríe aligerando el ambiente

—Ya se a que vinieron—Dice naturalmente

Se quita los lentes y se acerca a nosotras, toma a Paula y la carga y con su otro brazo me rodea

—Fue un buen intento, debo admitirlo—Dice refiriéndose a la pequeña—Pero no está bien que quieras espiar mi trabajo

—Yo solo quería jugar contigo papi—Responde inocente

—No te creo—Le dice dulcemente

Ezra nos saca de su estudio y pone a la niña en el suelo.

—¿Qué te parece si vamos al jardín y jugamos con los globos de agua?—Le propone

A Paula se le iluminan los ojos ante la idea de jugar con los globos de agua

—Si papi, voy a quitarme los zapatos—Responde

Sale corriendo hasta su habitación y con un poco de dificultad logra alcanzar el picaporte y entra en ella, Ezra posa su vista en mí y deposita un casto beso sobre mis labios

—Te ves hermosa hoy—Susurra cerca de mi oído

—¿Solo hoy?—Pregunto mientras le doy un abrazo

—Siempre te ves hermosa—Responde

Poso mis labios sobre los suyos y comenzamos a moverlos perfectamente sincronizados, sus labios siempre están suaves y tiene el maravilloso poder de llevarme a lugares únicos solo acariciando sus labios, aún recuerdo nuestro primer beso cuando estábamos en su departamento y seguía siendo un imposible y hacía pocos minutos le había delatado mis sentimientos con un corto beso impulsivo