Años después.
―Entonces, solté una jauría de perros dentro de la iglesia y...
―Creí que eran conejos.
―¿No eran hurones?
Los niños de cinco se miran confundidos, y me es imposible no reír.
―Sólo quería asegurarme que estuvieran escuchando ―digo calmando de a poco mi risa.
―Yo quería oír la historia de cuando mamá le pidió matrimonio a papá ―La pequeña Cheryl hace puchero que conmovería hasta al ogro más amargado. Esa niña tiene el don de doblegar a quién quiera con una dulce mirada, y ella es muy consciente de ello, lo sé.
―Yo quería que nos cuentes cuando papá y tú volvieron a arruinar una boda ―dice en cambio su hermano gemelo, Chandler.
―¡Sí, sí! ¡Mejor esa! ―Salta ella con emoción―. Pero no cambies la historia, tío ―me advierte con su ceño fruncido.
―Le estás pidiendo manzanas a un edificio ―ironiza Liberty apareciendo en la sala, y se sienta en el sofá justo en medio de los niños.
―Deberías agradecerme, todavía señorita Martin.
―Lo que tú digas, irritante Montoya ―Rueda los ojos.
―¡Tía Libs, cuéntanos tú la historia!
―¡Oye! Eso se considera traición, pequeña ―me quejo pero la niña sólo se ríe.
―No seas llorón, Didi ―se burla la malvada rubia y maldigo el día en que se enteró de ese estúpido apodo.
―¡Blair! Liberty me está molestando.
―Qué maduro eres ―Bufa, pero puedo ver la diversión brillar en sus ojos. Entretanto, los dos pequeños Gardner se ríen entretenidos por nuestra riña.
―¿En serio tienen que pelear todo el tiempo? ―inquiere Blair llegando a la sala ante mi llamado, con sus manos en su cadera y una mirada de reproche.
―¡Ella empezó! ―la acuso señalándola, a lo que la aludida sólo vuelca sus ojos de nuevo―. Defiéndanme, niños. Confirmen mi inocencia.
―De inocente no tienes ni un pelo.
―¿Otra vez peleando estos dos? ―le pregunta mi esposa/madre de mi hijo/el amor de mi vida a la esposa de mi mejor amigo llegando a la escena desde las escaleras―. Tan infantiles.
Al principio había cierta incertidumbre sobre si las chicas se llevarían bien, teniendo en cuenta los acontecimientos provocados por el innombrable, y, aunque la primera cita doble resultó un tanto incómoda, ellas lograron limar asperezas y hacer las paces. No voy a mentir, para Cameron para mí eso fue un gran alivio, lo último que queríamos es que nuestras novias se llevaran mal.
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Al Estilo De Los Rompebodas
Ficção GeralUn par de mejores amigos. Un trabajo peculiar. Un encargo inusual. Un pequeño error y un caos monumental. La misión era aparentemente simple: irrumpir en una boda y arruinarla. Pero, cuando un error numérico da la dirección incorrecta de la ceremoni...