Capitulo 8

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-No lo puedo creer...- me recrimine a mi mismo encerrado en el baño de la empresa.

Cómo se me fue a olvidar ña fecha de mi celo?

Nunca he sido descuidado. Desde mi primer celo, nunca... nunca he dejado salir mi celo. Pero mierda, mi mente ha estado tan ocupada cuidando a Kuroko y en el trabajo, que olvide revisar.

Me fastidiaba que todos se acercaran a mi con la tonta escusa de ser mi pareja predestinada o la pareja que siempre has deseado tener, por eso me he negado a mi celo... ser usado como maldito pura sangra para embarazar gente me da asco y justo ahora vengo a cometer una to tontería.

Empezaba a sentir las feromonas de omegas y de igual forma notaba betas. Mordía mi brazo tratando de que con el dolor pudiera estar alg9 lucido, pero me negaba. Buscaba desesperadamente el aroma impregnado en mi ropa.

-Mierda...

Podía lograrlo, correr a mi auto sería lo difícil, pero desde ahí lo lograría. Si me lo propongo, puedo contener un poco mis feromonas y correr, aunque... no se cuanta gente me este buscando, eso si seria un problema.

No tuve tiempo de prepararme cuando ya habían azotado la puerta del baño. No podía permitirme más dudas, así que salí de ahí con el único objetivo de la puerta.

Pero había dos omegas obstruyendo el paso, no iba a detenerme, pero no me di cuenta que había una tercera persona dentro. Fui tomado del cuello y jalado hacia una desconocida.

Se aferro a mí clavando sus uñas en mis hombros y esparciendo su aroma. Notaba como se restregaba contra mi y exigia que abriera la boca.

De un empujón la aleje de mi y corrí entre los otros. Había mas gente fuera, peleando entre ellos, aproveche la distracción y llegue despavorido a mi auto.

Por fin pude respirar, me sentía asqueado entre tantos aromas, recargue un momento mi frente en el volante y trate de relajarme.

Unos minutos después tocaron la ventana de mi coche y pude ver a mi manager. No abrí la ventana pero le hice notar que lo escuchaba.

-Vaya lío que armaste- me recriminó.

-Lo siento...

-Ya esta arreglado, no fueron muchos los afectados, pero no pensé que tu tendrías estos accidentes.

-Ni yo...

-Acaso tu omega te tiene en abstinencia?

-Estas loco?- me enoje.

-Oh vamos... no puedes vivir con él y no desear cogerlo.

-Sólo lo estas empeorando- encendí el auto.

-No vas a llegar a casa así. Apártate, yo manejo...

-Bien- no quise ni reclamar, me sentía débil en todos los sentidos.

-Ten, son supresores, pero de la forma en la que estas no son muy útiles.

-En casa tengo los míos.

-Estas seguro? Podrás contenerte?

-No, si dámelos- me arrepentí.

Tomé las pastillas y trate de tranquilizarme. Rayos... esperó que Kuroko este en su cuarto, por lo menos en lo que me tomaba los supresores.

-Recuerda dejarlo descansar -se burlo mi manager.

-Calla, no me acostare con él.

-Si tu dices... recuerda usar protección- siguió insistiendo.

-Te golpeare si sigues...

-Cumplo mi papel, solo me preocupo por ti- se rió.

-Estoy demasiado nervioso para esto- frunci el ceño.

-Porque? Tienes miedo de embarazarlo?

-Basta...

-Para el gobierno sería beneficioso ¿sabes? Pero como amigo... creo que estas esperando al indicado.

-De verdad... basta.

-Pero si ese omega en tu casa es el indicado?

Apenas estacionó el carro, baje exaltado de ahí. No podía pensar con claridad, empezaba a ser doloroso. Llegue a mi departamento corriendo y tome un pequeño descanso recargandome en la puerta.

Tenia que pensar, ¿donde deje la medicina? Debía estar en mi habitación y si no funcionaba, solo tenia que encerrarme un día, podía hacerlo.

-Kise llegaste?- escuche la voz de Kuroko y un escalofrío me recorrió el cuerpo entero.

-Si...- contesté a duras penas.

-Mira!- asomo su cabeza desde la cocina- encontré un trabajo en una repostería y talvez pueda hacer algo así... puedo aprender y...

Llego junto a mi y estaba preparado para salir huyendo de ese lugar en cualquier momento que se volviera peligroso. Kuroko seguía distraído con su celular, contándome emocionado de su trabajo y yo tratando de contenerme, pero me fue imposible.

-Kuroko...- alce un poco la voz.

Levanto su mirada y la bajo de nuevo de manera inmediata. Pensé que entendería, pero sus feromonas se salieron de control. Un pequeño gruñido salio de mi sin poderlo reprimir y él casi cae al suelo.

Le sostuve antes y note que sus piernas fallaron, al tenerlo en el abrazo, no pude contener mis ganas de sostenerlo. Descaradamente baje mis manos a su culo y le obligue a restregarse contra mi.

Un pequeño gemido me hizo detenerme y por curiosidad separe su rostro y pude notar  el sonrojo y sus ojos perdidos.

Mi vista divago un poco hasta esos perfectos y carnosos labios. Pero su mirada de terror me detuvo, me obligué a soltarlo y a duras penas lo logre, mordí mis labios y aferre mis manos a mi pantalón destrozandolo un poco por la fuerza con la que los jalaba.

-Vete...- le supliqué- encierrate en tu habitación!

-Kise... dime donde esta tu medicina, yo puedo.

-No! -le interrumpí- es una orden... ve a tu habitación!

Aunque le exigí como mandato el no se movió nada, notaba que estaba sudando y sus pupilas dilatadas mientras trataba con todo su cuerpo de negarse a mi.

-Dejame ayudarte... vas a sufrir si estamos en el mismo espacio.

-Porque hasta en esto me desobedeces? -frunci el ceño- te lo suplico... vete.

-Voy por tu medicina... si?

Paso sus manos por mi rostro y me vio de manera suplicante... mierda. Porque justo ahora me mostraba una expresión tan jodidamente buena?

-Por favor... por favor... Kuroko, por una vez.

-No puedo ayudar?

-Sabes bien lo que va a pasar si sigues aquí?

-Supongo...

-Te arrepentiras y no soportaría otro rechazo de tu parte... así que por favor. Vuelve a tu habitación.

Kuroko parecía sufrir al separarse de Kise, pero acato la orden y se encerró en su habitación.

Kise también fue a su cuarto y tomo su supresor, se encerró y tendría que aguantar un día de esa manera...

Pero por lo menos no había cometido una locura.

Hora Dorada (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora