Ally

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A pesar de haber pasado la noche en una posición incómoda dentro de una fría y oscura celda con una contusión, una muy malherida pierna y nada de comida en su estómago, lo que terminó por despertarlo fueron unos leves quejidos de dolor.

Keith abrió sus ojos con pesadez, parpadeando un par de veces para aclarar su visión, afortunadamente la escasez de luz no era mucho problema para él y después de un escaneo rápido a su alrededor bajo por fin su mirada.

—¿Lance?—preguntó al ver el estado del chico en sus brazos: los ojos cerrados con fuerza en muecas de dolor, caminos de lágrimas marcando su rostro polvoriento y sus manos aferrándose con fuerza a su camisa.

Su primer instinto fue reforzar su agarre y acercarlo aún más.

—¿Qué sucede? ¿Lance qué sucede?—preguntó asustado mientras trazaba pequeños círculos en su espalda.

El chico se tomó unos segundos para responder, juntando fuerzas y aire.

—Duele...Keith duele mucho—dijo entre quejidos.

El sonido de la voz quebradiza le trajo un nuevo dolor a su rendido cuerpo. No era la primera vez que veía a Lance lastimado pero el omega siempre había podido mostrar una cara valiente y bromear sobre su situación. Y aunque sabía que Lance estaba tratando de hacer lo mismo, que no pudiera encontrar la energía para mentir le preocupaba.

Como pudo movió su cuello y gentilmente presionó la cabeza del otro para que tuviera un mejor acceso a su glándula, rogando mentalmente que eso funcionara.

Estaba asustado, completamente perdido y asustado.

—Será mejor que no lo muevas mucho—le advirtió una nueva voz.

Keith giro en dirección a la voz y de forma instintiva mostro los caninos y movió su cuerpo tratando de escudar al otro.

Fuera de la celda se encontraban dos figuras, la más alta mirándoles con cruel diversión, Keith identifico su aroma, molesto y penetrante, se trataba de uno de los alfas que les habían perseguido.

A su lado se encontraba Rai con expresión neutra y cargando una bandeja.

—Vaya omega—escupió el guardia con desdén—, no ha pasado un día y ya se lanzó al primer patético alfa que pudo encontrar. No entiendo como nuestro príncipe pudo haberse fijado en tal escoria.

En ese momento Lance dejó escapar un pequeño suspiro y el guardia sonrió de forma repulsiva.

―Bueno, tal vez sí puedo entenderlo, muchos alfas se ponen estúpidos por un buen acostón.

El imponente gruñido gutural que escapó de su garganta fue tan sorpresivo para él como para los recién llegados, pero la mirada de terror e instintiva sumisión del guardia le llenó de tal satisfacción que dejó pasar ese detalle.

―Bastardo―le insultó el guardia tratando de salvar su imagen pero aun sin recuperar el paso que había retrocedido.

―Creo saber qué es lo que le pasa—dijo Rai ignorando la disputa de los alfas sus ojos en el omega tembloroso—, si me permites revisarlo.

―Eso no será posible Curandera. Sólo los guardias tenemos permitido entrar.

—El rey fue claro en sus indicaciones―dijo con seriedad―, los quiere vivos y hay que mantenerlos así—la beta se mantuvo firme, lo que solo hizo molestar más al guardia. Este rodó los ojos y tomó las llaves que colgaban de su cinturón.

—Bien, si eso es lo que quiere, entraré con usted.

—No.

―¿No?―exclamó el guardia entre confundido e insultado por tener a una beta ordenándole así.

The basics of Space, Pack and Love [Klance Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora