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Como árbol milenario, Lin Sen tiene una habilidad especial: Puede controlar libremente el crecimiento y la madurez de las plantas con su poder demoníaco.

Al principio, Lin Sen no sabía el uso que le podía dar a esta habilidad en la sociedad humana. Más tarde, después de hablar con un zorro que era muy popular porque se había mezclado al 100% en la sociedad humana, Lin Sen abrió una floristería.

No había necesidad de comprar productos para la tienda, las flores que los clientes querían crecerían en minutos y serían grandes y espléndidamente hermosas.

Lin Sen también utilizó sus poderes para jugar con algunas variedades y hacer híbridos únicos, nuevos y atractivos, y así el negocio de la floristería fue muy bien y siguió adelante.

Cuando Su Lan se cansaba de dormir en el dormitorio de atrás, corría a la tienda a dormir.

A veces, después de quedarse dormido, cuando abría los ojos se encontraba totalmente rodeado de flores grandes, fragantes y de distintos aromas.

Y Lin Sen siempre parecía vacilante y se escondía detrás de un racimo de flores.

Una vez, cuando Su Lan se despertó, toda la habitación estaba llena de rosas rojas.

Lin Sen estaba incómodo pero hizo todo lo posible para disimularlo: Hola, hoy es el día de San Valentín.

Su Lan giró lentamente la cabeza treinta grados, puso la punta de la nariz en la rosa y olió profundamente: Qué... buena... fragancia... ah... San... Valentin... ¿qué... qué... es... eso?... ¿qué...

Lin Sen se apresuró a acercarse: ¡El Día de San Valentín es un día festivo para que dos personas que se gustan lo pasen juntas! ¿No leíste todos los materiales informativos que te preparé?

Su Lan se frotó lentamente los ojos: Yo... leí... diez... oraciones... el... otro... día... ¿OK?...

Lin Sen se tensó de ansiedad: ¿Cuándo quieres ver las quinientas páginas restantes?

Su Lan levantó lentamente la mano y le dio una palmadita en el hombro. La acción duró treinta segundos completos, y la repitió tres veces: No... estés... ansioso... tú... estás... raro... de... nuevo... nosotros... somos... espíritus... cultivados... no... envejeceremos...

Lin Sen miró esa cara hermosa y linda y sonrió: Está bien, tienes razón.

Su Lan: Bien...

Lin Sen dijo con severidad: Su Lan, déjame decirte algo.

Su Lan: ¿Eh...?

Lin Sen respiró hondo y dijo simple y directamente: Me gustas, quiero besarte.

Las mejillas de Su Lan se pusieron rojas lentamente, y luego enterró lentamente su rostro en sus brazos, acostado en la mesa como si se sintiera tímido, sin hablar.

Los labios de Lin Sen se levantaron, se sentó a su lado y tocó su pierna con la pierna: Eso quiere decir que... ¿Te gusto? ¿Quieres que estemos juntos?

Su Lan: Zzzzz...

Lin Sen: ...

Todas las rosas de la tienda se marchitaron y desvanecieron en un instante.

EL ESPÍRITU DE PEREZOSO Y LA DRÍADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora