Drey tiene todo lo que superficialmente se puede considerar como bueno: tiene una alta reputación, dinero, las mejores notas, buenos amigos y la mejores de las actitudes.
¿Actitudes? Sí, claro.
Drey no es lo que aparenta ser y mucho menos es un terr...
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Una vez que llegamos empieza a molestarme la humedad en mi ropa y la arena adherida en mi piel, tanto que siento que no puedo caminar bien. En serio necesito un baño urgente. Solo espero que la señora Jeon Sooyoung no se moleste porque dejamos sucios los asientos de su auto.
Los primero que vemos al entrar es a un hombre con un delantal de flores sentado en un sofá frente a la televisión, tan absorto del mundo y con lo que me parece un montón de papelitos entre los dedos.
—Ay, no, papá volvió a apostar —habla el hermano menor.
Ladeo la cabeza y puedo ver a una señora Jeon tan rabiosa al igual que un perro sin su dosis de vacuna para la rabia. Creo que hasta bota espuma por la boca. En serio da miedo.
—¡¡Jeon Jaewook!! ¿Qué significa esto?
El hombre pega un brinco del puro susto, en su cara veo el terror que desprende.
—No, no, cariño, no es lo que tú crees...
—¡¡Te voy a matar, pedazo de idiota!! —Le lanza una de sus pantuflas casi a la velocidad de la luz, misma que apenas le roza la oreja, pues su marido la esquiva muy bien—. ¡¡Te dije que no hicieras tus cochinas apuestas!!
—No, cariño, no lo entiendes, esto es importante...
—¡¡Cállate!!
Es entonces que sale disparada a su dirección, pero el hombre no se queda quieto; se trepa sobre los sillones y su esposa hace lo mismo, luego bajan y uno se mantiene en un extremo y el otro en el restante. La señora Jeon intenta cazar a su esposo así como un león lo hace con su presa.
Cuando el señor Jeon planea huir al piso de arriba, la mujer corre, lo alcanza, se trepa y le aplica una perfecta llave con sus piernas que me deja a cuadros. Ella perfectamente podría ser el reemplazo de Black Widow.
Los dos espectadores, contando conmigo, nos llevamos las manos a la boca al mismo tiempo.
—¡Mamá! —exclama Jungkook con asombro y admiración—, ¿en dónde aprendiste a hacer eso?
—Daebak —continúa Junghyuk con el mismo tono.
Sooyoung agarra a su esposo de los pies y lo arrastra hasta ponerlo boca arriba y esta vez no tener escapatoria.
—¿Qué hiciste con nuestro dinero? —escupe—. ¡Habla, gusano!
—¡No lo entiendes, cielo! ¡¡No lo entiendes!! —El hombre más que asustado se ve de otra manera. ¿Por qué no está asustado? Yo estoy asustada—. ¡Tenemos dinero!
—Te voy a descuartizar... ¿Qué?
—¡Somos ricos, cielo! ¡Lo somos! —Me recuerda a un moribundo que tiene sus últimas convulsiones mientras reitera muy feliz que ve la luz.
—¿Estás hablando en serio?
—¡Sí! Mira —le entrega uno de los boletos, el silencio permite hacernos notar que la televisión sigue encendida y que en la pantalla se ve el número ganador. Entonces no es una apuesta, es un boleto de lotería que resulta ser el ganador.
