Drey tiene todo lo que superficialmente se puede considerar como bueno: tiene una alta reputación, dinero, las mejores notas, buenos amigos y la mejores de las actitudes.
¿Actitudes? Sí, claro.
Drey no es lo que aparenta ser y mucho menos es un terr...
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Mi día no empezó de lo mejor: Tuve que levantarme muy temprano porque nos llevarían a Busan a uno de los eventos benéficos en el hospital organizados por el Grupo G; es decir, mi papá. Primero, arribamos a un hotel cerca de la playa Haeundae y segundo, nos dirigimos hacia el evento.
Ahora tengo a un montón de gente al mi alrededor: periodistas, personal médico, niños y pacientes en general; todo mientras papá sonríe ante la cámara entregando una generosa cantidad de dinero en un cheque gigante.
El dilema es que Taehyung y su familia están presentes, vinieron con nosotros, o casi, pues vinimos en autos diferentes.
Regresamos al hotel antes del medio día, aún quedan otros eventos que nos tomará todo el fin de semana. No sé si esta es la forma en la que papá planea que pasemos tiempo juntos, pero no me gusta. Estoy segura de que no pasará hasta mañana y muy temprano estaré viajando a Seúl.
Mi-rah me pidió que hablara con ella, entiendo el motivo, pero para dejar todo esto en claro de una vez, me encamino a su habitación. Antes de entrar me detengo en el pasillo al percatarme de la puerta entreabierta, lo suficiente como para notar que ella junto a dos hombres —entre ellos su esposo— están platicando. Es extraño porque nadie dejaría la puerta de ese modo, al menos de que sea un gran despistado.
—¿Qué te dijo, So-yeon? ¿Firmará con nosotros? —indaga el señor Kim hacia el otro hombre.
La atención crece porque están hablando de mi madre.
—So-yeon no tiene muchas intenciones de asociarse con nosotros. Su mayor interés de momento es entrar a la bolsa. Pero me dijo que mantendrá una reunión con la mesa directiva —responde el otro sujeto—. Estaremos al tanto.
El padre de Taehyung hinca los codos sobre las piernas y con los dedos se soba las sienes, en un intento de no exasperarse. Suspira.
Siguen hablando, no obstante, ya no me interesa.
No recuerdo que mi madre haya tenido contacto con alguna de nuestras amistades más cercanas, para ella la familia Kim cuenta como una. So-yeon siempre ha demostrado no querer saber nada de nadie que nos rodee. Por la forma en la que hablan se me viene a la cabeza que han estado viéndose y yo, que soy su hija, ni siquiera he podido verla desde que llegó.
—Drey, ¿qué haces aquí? —Mi cabeza da un giro de noventa grados para encontrarse con Taehyung.
—Dime una cosa —empiezo, tratando de no exasperarme—, ¿tú fuiste el torpe que dejó la puerta abierta?
Taehyung le da una mirada de reojo a la abertura entre la puerta y el marco.
—Venía justamente a cerrarla, pero eso no importa, iba a buscarte.
—Entonces tú formabas parte de esa conversación —es más una afirmación que una pregunta—. ¿Es cierto o me equivoco? —Lo miro a los ojos.
