20. Poner palabras al dolor

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Soobin

—Soobin... —Hace una pausa antes de continuar con su oración —quiero decir, ¡Hyung!

A penas me llama hyung el desconocido atrapa mis dos manos en las suyas, las mira por un segundo y luego levanta la cabeza. Sus ojos abiertos de la emoción y poco después la gran sonrisa que ilumina su rostro me dejan paralizado.

—¡Hyung! —repite —Mi nombre... justo ahora, cuando agarré tus manos... ¡Mi nombre!

—¿T...Tu nombre?

Me doy cuenta de que he tartamudeado y siento mis mejillas quemar de vergüenza. Choi Soobin, ¿Te estás sonrojando? Este es el momento menos indicado.

Sacudo mi cabeza de golpe intentando que los pensamientos salgan de mi cabeza.

—Mi nombre, antes no sabía que tenía uno —aún sujetando mis manos entre las suyas las aprieta— Pero cuando sostuve tus manos lo recordé. Mi nombre es Kai. Hueningkai.

Hueningkai. Huening. Ning. Kai.

Su nombre es lindo.

Suelto sus manos y me limpio las palmas contra mi sudadera antes de perder la cabeza.

—¿Quieres decir que... —empiezo a preguntar con el ceño fruncido — no sabias tu nombre? ¿Hasta que tus... hasta que tus manos...?

—¡Exacto! —Hueningkai exclama y su voz retumba en las paredes del cuarto de baño.

Si cualquier otra persona lo viera pensarían que es un joven normal. Cielos, hasta yo pensaría que es un joven normal si lo viera caminando por la calle.

Pero no puede ser, una persona así... es lo más alejado a normal que puede existir.

—Ehm —aclaro mi garganta, intentando no parecer intimidado —¿Podemos ir al salón? Es incómodo aquí.

Me abro paso entre la puerta y su cuerpo y salgo decidido, dando pasos largos hasta el sofá. Hueningkai me sigue y se sienta en el otro extremo. Sus ojos siguen sin despegarse de mi lo cual es no solo incomodo si no que también extraño y asfixiante. Yo, Choi Soobin, que hasta hace poco vivía una vida monótona sin contacto humano ahora me encuentro teniendo la más extrañas de las interacciones. No sé cómo reaccionar cuando voy a una cafeteria a desayunar y ahora de la nada me encuentro teniendo que razonar que un stalker esté en mi sala de estar, ¿Tiene sentido? No, no lo tiene.

Me quedo en silencio por un segundo y entrecierro los ojos tratando de escanear cada parte del chico delante de mi. Es extraño. Si me concentro en su apariencia y solo eso ninguno de mis sentidos se pone en alerta. Hueningkai es alto pero no más alto que yo, tiene la piel pálida, sus dedos son finos y largos, sus piernas se ven débiles. No es una persona a la que no podría controlar en caso de que quisiera hacerme algo, incluso cuando soy relativamente débil y delgado yo también. Miro mis manos que están educadamente apoyadas en mis piernas. Son más grandes que las de el. Eso es. Tengo que entrar en el papel que yo mismo he escrito así que me convenzo mentalmente de eso. Soy más grande, esta es mi casa, soy mas fuerte, el no tiene ninguna oportunidad contra mi. Suspiro. Yo puedo con esto.

Esposo inflable 🌒 SOOKAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora