capítulo 25

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Confundida desperté con un terrible dolor de cabeza... Ayer fue un largo día, como pude camine hacia el baño y por más que lo intente cada sonrisa era falsa, ayer había perdido a mi mejor amiga de toda la vida, de todo el mundo y la única que había tenido en todo el planeta. 
Camine hacia mi closet, hoy me pondría sencilla con un chándal gris y una franela de el mismo color ya ni siquiera me importa lo que piense marcus acerca de mi vestimenta y con sólo pasarme los dedos por el pelo baje hacia la sala con mochila en mano y salí de la casa. 
Caminaba torpemente por la acera y como de costumbre pare al frente de la casa de marcus
-puto! - grite sin fuerzas y unos cuantos segundos después el salía sonriente por la puerta ¿ cual es el motivo de la felicidad? el se acercó a mi y acarició mi mejilla con su pulgar ¿ que hace? confundida lo mire a los ojos pero el miraba mis labios y se saboreaba los de el y sin prevenirlo ya me estaba besando, me deje llevar y cerré mis ojos, quizás esa clase de distracción es lo que necesito en estos momentos. 
El se despegó de mi lentamente mirando esta vez mis ojos - buenos días novia - dice el y rodea mis hombro con su brazo izquierdo - buenos días novio - respondo y cerré mis ojos dejándome llevar por la tranquilidad que la cercanía de su cuerpo me brinda. 
Llegamos a la escuela y la melancolía arropó mi cuerpo como si de una manta enorme se tratara, miraba por todos lados de el pasillo con la esperanza de verla pero nada... Dios ¿hasta cuando voy a poder aguantar este dolor? cerré mis ojos fuertemente, no me daré el lujo de llorar delante de todos. 
Con un corto beso a mitad de pasillo me despedí de marcus, respire profundo, otro día rodeado de mundanos insignificantes cuyo cuerpo está lleno de textostenora pidiendo sexoEntre a mi aula y sonrei, ya no era mirada por todos, ya nadie susurraba cosas al momento en que me veía entrar por la puerta, ya no era señalada por los pasillos y eso me daba fuerzas y esperanzas ya que por experiencia propia sabía que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. 
La primera hora de clases como siempre aburida, ya había terminado y como esta mañana miraba por todos lados a hacer el intento de si por lo menos la veía pero no....
Deje de mortificarme sola o castigarme a mi misma, de seguro ella tiene que estar muy bien con sus amigas o en su casa dormida y yo aquí llorando por ella y casi cayendo en estado de depresión. 
« no le des importancia» me decía a mi misma en mi mente pero mi corazón gritaba lo contrario, ella es como una hermana para mi, es todo para mi y lo perdí en un pestañeo de ojos. 
Volviendo a la realidad me di cuenta que el pasillo ya estaba vacío y tan solitario que me dio miedo, rápidamente busque mi cuadernos de mi segunda materia y me apresure para no llegar tan tarde. 
- llega tarde - dice el profesor cuando entro por la puerta tan sudada como un puerco.
-ya lo se - respondo con ironía mirando entre los demás a ver si cuento mi silla que había puesto en cada aula especialmente para mi. 
- no le importa? - dice el elevando sus cejas y yo simplemente puse los ojos en blanco y lo ignore caminando hacia la silla. 
Entre regaños estúpidos de parte de el profesor hacia nosotros se termino la segunda hora y consentranda en mirar simplemente hacia delante sin mirar a nadie para no tener que echarme a llorar llegue en medio de el pasillo.  Cada dolor....... te hace más fuerte
Cada traición.......Más inteligente
Cada desilusión..... Más hábil
Cada experiencia......Más sabio.
Pero lamentablemente la distancia no olvida lo que el corazón recuerda, dudo mucho olvidar a mi mejor amiga porque ella este alejada de mi aunque el que mucho se ausenta pronto deja de hacer falta .
Salí de la escuela y no mire para ningún lado ¿ a buscar a quien? ya tenía por seguro que ella no había ido pero si hubiera ido ¿ que hubiera echo yo? ,estoy segura que ni siquiera le hubiera hablado y más segura aun que ella no me dejaría que yo me acercará a ella, pero el simple echo de verla me reconforta
- Mari! espera! - escuche mi nombre y me gire, un jadeante marcus con una enorme sonrisa venia detrás de mí. 
- hola - le dije mientras empezamos a caminar juntos hacia mi casa, el trataba de distraerme pero llego un momento en que se dio cuenta de que no funcionaría y decidió guardar silencio hasta que llegamos a mi casa. 
-que pases buenas - dijo el dándome un corto y distante beso en los labios y se alejo de mi, vi sus flacos hombros tensarse y trate de no darle importancia aunque quizás yo le este haciendo daño a el. 
Entre a la casa y subí las escaleras, me canso de la misma rutina así que deje la mochila encima de la cama y volví a bajar, quizás caminar me haría muy bien. 
Miraba el cielo, luego las hojas de los árboles moverse, vi entonces como se oscurecía y salían las estrellas y ya las hojas no se movían porque la noche estaba serena y tranquila.
Todo es un curso... todo sigue pero sin darnos cuenta todo se repite ,es como una rutina de vida que pasa por algunas etapas que se repiten una y otra vez. 
Aburrida camine de nuevo hacia la casa, mi padre estaba sentado que elevó sus cejas al verme entrar pero yo le tire un beso y el sonrió, tan fácil de persuadir .

Subí a mi habitación y tome el teléfono marcando el número de la casa de marcus
- buenas noches? -pregunte cuando supe que habían descolgado el teléfono. 
- soy yo estúpida - dijo marcus y sonrei, a veces suele ser tan.....Romántico. 
Le pedí perdón por mi falta de atención de esta tarde y nos pusimos a hablar de cosas sin sentido hasta que llegamos al tema de la bebe
- como quieres que se llame? - pregunto el y yo me quede pensando un momento
-Mari luz - respondi con mis ojos llenos de lágrimas sabía que eso no me correspondía a mi si no a katherine y a alexander que por cierto tengo mucho que no los veo a ninguno de los dos después de el día de el centro comercial, en realidad algunos tres días. 
- la próxima semana tenemos que ir al ginecólogo - dijo el y yo solo respondi "unju" estaba entonces en otro planeta pero me castigue a mi misma recordando la tarde.
-Que tal tu día? - le pregunte tratando de no sonar tan culpable como me siento
-mejor hablemos después - respondió el y tranco el teléfono, cerré mis ojos fuertemente
¿ puedo ser normal aunque sea una vez!?
obviamente el se sentía ignorado, nadie se merece sentirse así, desde mi cama tire mi teléfono a algún lugar de mi habitación y me quedé dormida. 

Embarazada de mi mejor amigo ( novela terminada! )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora