Capítulo dieciséis
La noche ha cernido sobre la ciudad de Felmor y con ello la actividad del bar va en aumento, la música retumba fuertemente por todo el lugar y el ajetreo del personal es sofocante a la vista. El sonido de las botellas y copas tintineando es perceptible en cada rincón y luego me encuentro yo, quieto como una estatua detrás de unas cajas camuflándome en la oscuridad viendo como los humanos disfrutan y tienen lo que ellos llaman diversión.
Aún hay cosas que no entiendo de los humanos, algunas acciones y sentimientos... sobre todo lo último. Las emociones de los humanos son difíciles de descifrar porque no son fijas o permanentes, son cambiantes de acuerdo a la ocasión y a lo que les rodea. He notado que en un momento pueden estar felices, pero al minuto pueden romper en llanto. O como otros, fingen emociones que no sienten, lo que conllevan a que sean hipócritas, lo que me lleva a preguntarme ¿Por qué tener que fingir emociones? ¿Por qué no solo demostrar lo que sientes en realidad sin recurrir a la mentira? Pues después de todo, las mentiras siempre se descubren y mientras más tarde sea peor son las consecuencias.
Si me pongo a pensar en ello, las mentiras no son más que coartadas que los humanos dicen para cubrir hechos que no quieren que sepa nadie, pero ¿Qué pasa cuando alguien lo descubre? ¿Serás capaz de seguir con la mentira o de finalmente decir la verdad?
Eso es lo que quisiera preguntarle a Pam en estos momentos, está ahí tan sola, tan abandonada, tan... miserable. Supongo que los días que pasó aislada del mundo los disfrutó bebiendo hasta ya no poder ni siquiera ponerse en pie, y al verla aquí ahora me lleva a pensar que su reserva de bebida se terminó y viene a por más, o a por alguien pues de manera continua mira con especial atención a su alrededor, especialmente a las meseras con los antifaces y no me hace falta formular grandes conjeturas para saber que busca a «Plumitas».
En ocasiones el destino te ayuda a cruzarte a las personas, pero otras veces tu mismo lo buscas y puede ser peligroso porque no sabes de que podrías estarte librando, pero vas y caes como ratón en la trampa, y cuando eso sucede no puedes culpar al destino porque este quiso que lo evitaras, pero tú, lo evadiste y fuiste a encontrarlo por tu propia cuenta.
Es el pensamiento que se viene a mi mente cuando veo como Pam se levanta y con dificultad cruza toda la multitud de personas hasta llegar a la barra donde toca la espalda de una chica quien al voltear a ver esboza una dulce sonrisa.
—¡Oh! Tú eres la pelirroja del otro día.
—Y tú la chica que se ofreció a escucharme —murmura Pam tomando asiento frente a la barra.
Plumitas sonríe.
—Me dejaste plantada la última vez —se queja—. Te estuve esperando.
—Lamento eso —musita apenada—. No me sentía bien como para salir de casa, pero... espero y la oferta siga en pie.
—Por supuesto —afirma—, déjame servirte lo del otro día.
Y mientras empieza a mezclar bebidas, hielo y lo que parecen ser cítricos, Pam empieza a cabecear cerrando levemente sus ojos. Lo veas por donde lo veas la pelirroja ya no es la misma de antes, ha adelgazado mucho y se percibe en su ropa que por más ajustada que pretenda ser, se observan algunos sobrantes de tela. Y a pesar del maquillaje que lleva en su rostro, se nota lo demacrado y pálido que está, se refleja esas noches de insomnio, esas noches en las cuales en vez de dormir... enloquece.
—¿Estás segura que puedes beber esto? —En la voz de Ded hay un cierto tono de preocupación mientras se agacha un poco a la altura de la pelirroja para tratar de ver si ha caído por completo bajo los efectos del alcohol.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión✔️
Tajemnica / ThrillerZach Ashdown desapareció un 21 de febrero, nadie lo vio, nadie sabe qué sucedió ni cual fue el motivo. La policía no tiene pistas ni nada que les ayude a dar con su paradero aumentando la desesperación en su grupo de amigos quienes deciden buscar la...